P.Alba, SJ

Rvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 241, julio de 1999

A las declaraciones que en el mes ~e mayo tuvo .L1la gentileza de hacer a AVE MARIA el P. Antonio Turú, Superior de los misioneros de Cristo Rey, se han unido en el mes de junio las que ha hecho la Doctora María del Carmen de Fuentes que le acompañó en su viaje apostólico. Estoy seguro de que todos nosotros habremos sentido un movimiento de simpatía hacia esa nueva misión que se abre al celo misionero de esta joven institución religiosa, con ansias de acudir a la llamada de la Iglesia, «donde sea más arduo el trabajo apostólico y más necesaria la predicación evangélica por la carencia de sacerdotes«, como dicen sus Reglas.

Aquella gran región de Perú, con doscientos mil habitantes, y sin sacerdotes, es un grito al alma misionera siempre presente en todo buen hijo de la Iglesia católica. El Papa, en la fiesta de Pentecostés, abrumado por la solicitud que le embarga hacia todo el mundo necesitado de una nueva evangelización, ha vuelto a insistir en que la Iglesia es esencialmente misionera y que el mundo entero es su misión. La Virgen Santísima, Madre de la Iglesia, tiene miliares de hijos que ni la conocen, ni conocen a su divino Hijo.

Por esa razón, sentimos como propia la nueva misión abierta a los Misioneros de Cristo Rey. Es conmovedora la fotografía del Obispo don Demetrio Molloy con los brazos abiertos suplicando sacerdotes para su diócesis. El “si” de los misioneros de Cristo Rey tendrá en retaguardia el “si” de todos nosotros de una forma muy sencilla. Podemos entre todos nutrir el “Fondo misionero de vocaciones Obispo Guerra Campos” que financiará con becas perpetuas y anuales la formación de los apóstoles de estos últimos tiempos. Ahora mismo se están formando en su casa de formación varios jóvenes. Otros no pueden ser admitidos por la carencia de medios económicos, y otros más vendrán de la nueva misión, para que una vez formados quede bien implantada la Iglesia en aquella región con sacerdotes nativos.

Han empezado a llegar limosnas para ese objeto. Me remito a otro lugar de Meridiano Católico para señalar con claridad el camino de las aportaciones de todos. Ahora sólo os pido oración misionera y generosidad.

Por Cristo, por María, por la nueva misión y sus misioneros, más, más y más.