Monseñor José Guerra Campos
Separata del «Boletín oficial del Obispado de Cuenca»
Núm. 5, mayo 1986
Acción social y caritativa. En los años cuarenta-cincuenta, numerosos sacerdotes y seglares viven simultáneamente un esfuerzo ardiente de renovación interior y una vibrante inquietud por la justicia social. Prevalece el estilo de la entrega personal a obras que aportaban soluciones inmediatas, más que el de «reclamaciones a la sociedad». En 1952, por ejemplo, la Iglesia animaba 26 sociedades benéficas constructoras de viviendas; en los años sesenta se pone en marcha la campaña contra el hambre en el mundo. Es de justicia que la historia registre la corriente continua de cerca de veinte mil religiosas y religiosos entregados a cuidar a los menesterosos, enfermos o desvalidos, logrando en algunos casos formar con los que parecerían «desechos de la sociedad» unos hogares llenos de alegría incomparable (24). En el plano de la organización pastoral: «Cáritas» se concibe como la realización del deber de ayuda y comunicación de bienes que obliga a toda la comunidad cristiana (25); se establecen centros y semanas de estudios sociales (26); desde 1950 se acentúa el apostolado obrero especializado (27). La iluminación pastoral acompaña la andadura de la situación económica: Sigue leyendo
*La democracia es muerte consensuada: aborto, eutanasia…