El Consiliario
*En la sonrisa de un bebé, está la inocencia de Dios.
*Una sociedad que consiente y justifica el asesinato de niñas y niños en el vientre de sus madres, es una sociedad inhumana, demoníaca.
*Los musulmanes saben que Occidente no es cristiano; una sociedad sin Dios, no puede defenderse. La invasión está profetizada. Habrá muchos héroes y mártires.
*Santa Teresa de Calcuta decía que la cosa más fácil es equivocarse. También los Papas pueden equivocarse, en todo lo que no sea fe y costumbres de la Iglesia. La historia lo muestra así.
*Deberían saberlo todos los eclesiásticos: España a predicado en los cinco continentes. Ha evangelizado y civilizado veintiuna naciones. El idioma en que más se reza en el mundo es el español.
En nuestro Sistema político, a las Cortes le corresponden juicios y valoraciones sobre la acción del Gobierno en razón de la propia misión principal que les compete. Pero ni el Gobierno puede ser exonerado por las Cortes ni las Cortes pueden ser disueltas por el Gobierno. Las Cortes y el Gobierno colaboran en una empresa común al servicio de los intereses de la Patria. Las Cortes son el órgano encargado de concretar la voluntad legislativa del Estado, y es evidente que esta voluntad legislativa se ejerce primordialmente desde el entendimiento, y que, por lo tanto, ha de ser precedida de juicio y valoración. Pero en el sistema constitucional de nuestra historia parlamentaria del siglo xix, el término juicio político tenía una específica significación que en nuestro Sistema también es clara. Si por juicio político se quisiera entender aquel acto en virtud del cual se determina la separación del cargo, es evidente que este juicio político, en lo que se refiere a los altos organismos del Estado, es exclusiva competencia del Jefe del Estado, asistido por el Consejo del Reino, y en algún caso por el Presidente del Gobierno, como claramente se deduce, por ejemplo, de la consideración de los artículos 15, 18 y 50 de la Ley Orgánica del Estado; es por ello por lo que atribuye al Jefe del Estado la suprema potestad de garantizar y asegurar el regular funcionamiento de los altos órganos del Estado y la debida coordinación entre los mismos. Es en el razonable equilibrio de nuestras instituciones donde nuestro Estado, dotado de la autoridad necesaria y suficiente, está, al mismo tiempo, sometido a las Leyes.
Oh Virgen Santísima, Vos os aparecisteis repetidas veces a los niños; yo también quisiera veros, oír vuestra voz y deciros: Madre mía, llevadme al Cielo.
*La historia nos muestra la destrucción de varias civilizaciones. La “civilización” democrática-progresista pasará, pero la Iglesia de Cristo permanecerá.
Nació en Stuttgart (Alemania), el 2 de Diciembre de 1904. Desde pequeña oyó decir a sus padres: «No hay Dios». Sin embargo, ya a los nueve años se sintió atraída por la Santísima Virgen, a la que llegó a decir: «Yo no creo en Dios, pero creo que tú eres mi Madre». Llena de odio a la Iglesia Católica decidió combatirla. Pero acabó convirtiéndose, después de muchas luchas, el 8 de Septiembre de 1923, viendo transformado su odio en un ardiente amor a la Iglesia, a la Eucaristía, al sacerdocio. Por ellos ofreció su vida.