Sabaticas 265

El Consiliario

* «En ver esta Verdad eterna se vería ser mentira y burlas todas las cosas de que acción hacemos caso» (Santa Teresa de Jesús).

* La revolución permanente que contemplamos en la historia la realizan los descendientes ideológicos de los adoradores del becerro de oro, del Sanedrín que condena a Cristo; los de la sinagoga de Satanás, que nos dice San Juan (Manuelico).

* «Nada hay tan claro y tan férreo que no sea vencido por el fuego del amor» (San Agustín).

Chispicas 378

Padre Martínez Cano, m.C.R.

* En el Imperio Español no se ponía el sol. El mayor imperio católico de la historia (Manuelico).

* «Porque el verdadero humilde ha de desear con verdad ser tenido en poso y perseguido y condenado sin culpa, aún en cosas graves. Porque si quieres imitar al Señor ¿En qué mejor puede que en esto?» (Santa Teresa de Jesús).

* «No hay corazón que no ame; lo que importa es conocer el objeto digno de ser amado» (San Agustín).

Cosicas 92

Mossèn Manel

* «También yo quisiera encontrar un ascensor para elevarme hasta Jesús, porque soy muy pequeña para subir la ruda escalera de la perfección» (Santa Teresa del Niño Jesús).

* «Elevó la vista al Cielo y oyó claramente a su alma… ¡Hermano…, hermano…, ama a Cristo! Lo demás… ¿Qué más da?» (San Fray María Rafael).

* La descristianización galopante la promueve y dirigen los partidos políticos. Eso que llaman política y es una aberración (Manuelico).

Miguicas 340

Padre Martínez m.C.R.

* «El negocio de la oración consiste más en gemidos que en palabras; más en el sentimiento que en la palabra» (San Agustín).

* «¿A donde nos lleva el Señor? No lo sabemos. Sólo sabemos que… Él mismo quien nos lleva» (Santa Benedicta de la Cruz).

* «Nada es más difícil que renunciar al dictamen propio y, sin embargo nada es más necesario para tener humildad y llegar a la perfección» (San Francisco de Sales).

Semillicas 342

Padre Cano, m.C.R.

* «Tiene la humildad cierta cualidad que de modo admirable levanta el corazón» (San Agustín).

* «Si queremos participar de la vida de Jesús, debemos pasar con Él por la muerte de la Cruz. Crucificarnos con Él mediante una vida de mortificación y negación de nuestros mismos» (Santa Teresa Benedicta de la Cruz).

* «Las personas a quienes naturalmente nos sentimos poco inclinados han de ser cabalmente, y con frecuencia, el objeto de nuestra dulzura y caridad» (San Francisco de Sales).