Contracorriente

~ Blog del P. Manuel Martínez Cano, mCR

Contracorriente

Archivos de etiqueta: admiración

Para la Historia: Respuesta a la Carta Colectiva del Episcopado Español XIII

15 miércoles May 2013

Posted by manuelmartinezcano in Uncategorized

≈ 1 comentario

Etiquetas

20 de Septiembre de 1937, admiración, Bitilio, caridad cristiana, ejército libertador, entereza apostólica, Episcopado Español, España mártir, Francisco franco, Generalísimo, justicia, justicia cristiana, legítimos derechos, libertad evangélica, Madre Patria, moscú, movimiento libertador, obispo de salto, patriotismo, respuesta a la carta colectiva, sana libertad, santo amor a la patria, uruguay, Verdad

 

Obispo de Salto (Uruguay)

Salto (Uruguay), 20 de septiembre de 1937.

Eminentísimo Señor:

No sin profunda emoción, con respetuosa admiración y verdadera avidez, hemos leído el magnífico documento colectivo, rubricado con las autorizadas firmas de V. Emma. y demás Excelentísimos Prelados, abnegados Pastores en la España mártir.

A la verdad, Emmo. Sr. y Excmos. Sres., las circunstancias imponían tan luminosa y autorizada exposición; lo pedían a voz en cuello los fueros sagrados de la verdad, de la justicia, de los legítimos derechos, sana libertad y acendrado patriotismo, contra la propaganda perversamente intencionada, vilmente calumniosa, que tergiversa los hechos, engendra espantosa confusión, siembra injustas prevenciones y atiza odios destructores.

A la luz meridiana de la aludida exposición colectiva, sólidamente documentada, en cuyas páginas brilla, con caracteres relevantes, el celo pastoral, la entereza apostólica, la libertad evangélica del Episcopado español, en admirable consorcio con la justicia y caridad cristianas y santo amor a la Patria; a la luz del gran documento, repetimos, resplandecen en toda su plenitud la verdad de los hechos, la razón y la justicia; más aún, la imperiosa necesidad del Movimiento libertador, para lavar tanta afrenta, vengar tamañas injurias y poner coto a los bárbaros atropellos, sacrílegos atentados y cobardes asesinatos con que las hordas desenfrenadas de viles traidores, criminales aliados de Moscú, atizadas por las furias del Averno, afrentaban la civilización y cubrían de escombros, de sangre y de ruinas y de vergüenza el rico patrimonio de fe religiosa, de ciencia en todos sus ramos, de arte maravilloso y heroísmos patrióticos, herencia de siglos, admiración del mundo y legítimo orgullo de la católica, heroica y gloriosa nación del Cid, de San Fernando y de Pelayo.

Con muy justa -y por las circunstancias- dolorosa admiración, cariñoso respeto y cristiana simpatía, en nombre propio y del Excmo. Sr. Tit. de Bitilio y muy amado coadjutor nuestro; en nombre del Clero y católicos todos de esta amada diócesis de Salto (Uruguay), adherimos, con todas las veras de nuestra alma, al magno documento del dignísimo y atribulado Episcopado español, encabezado por V. Emcia.

Creemos asimismo un deber ineludible hacer llegar por intermedio de V. Emcia. nuestros sentimientos de sincera admiración y alta simpatía al invicto Jefe Superior del insuperable ejército libertador, Generalísimo D. Francisco Franco, al cuerpo de verdadera excepción de expertos oficiales y a las intrépidas legiones por ellos conducidas a la victoria resonante de la fe, la civilización y el patriotismo sobre la soldadesca forajida del ateísmo comunista.

Una inmensa amargura inunda nuestra alma, Emmo. Señor, porque la estrechez económica de nuestra amada Diócesis no nos permite acudir con oportunos recursos, como serían nuestros más vivos deseos, en ayuda de tantas y tan urgentes necesidades como apremian a nuestros Venerables Hermanos de España.

Con el alma traspasada de dolorosa angustia ante tamañas calamidades que azotan a la heroica Madre Patria, con el fervor de la continua plegaria, pidiendo al Corazón Divino y a la Madre Inmaculada coronen con la más sonada y completa victoria tantos, tan nobles y heroicos sacrificios de las aguerridas legiones de Dios contra las hordas criminales del Averno, os acompañamos con nuestra creciente y justa admiración, alta simpatía, profunda y cristiana compasión.

Con los sinceros sentimientos expresados por nuestro Clero y pueblo católico de nuestra Diócesis, nos complacemos en suscribimos de V. Emcia. Rvdma.

Affmos. en C. J., Alfredo, Obispo Tit. de Bitilio, Coadjutor de Salto; Tomás G. Camacho, Obispo de Salto.

Eminentísimo Sr. Cardenal Dr. Isidro Gomá y Tomás, Arzobispo de Toledo.

Dones Naturales del Padre Alba

06 miércoles Feb 2013

Posted by manuelmartinezcano in Padre Alba, Uncategorized

≈ 1 comentario

Etiquetas

a veces me parece que soy el oso, admiraba, admiración, agradecimiento, agudeza de entendimiento, alegría, alegre, amigo, blandenguerías, bodas, boquiabierto, calle, carácter abierto, claes, confiado, corazón, cualidades excepcionales, despedidas, doblez, equilibrio emocional, eruditos, firme en ideas, firmeza, gente sencilla, Gloria de Dios, gracia, gran corazón, isabel Lamarca, jóvenes, jesuita, joven, literatura, magnífico, misericordia, muerte, nobleza de corazón, noches inquieras, padre alba, Padre José María Alba, palabras agradables, personajes ilustres, personalidad rica, pincelada del Padre, poema a los caballos de los conquistadores, profesor, sabios, salvación de israel, san juan de la cruz, Señora, seguridad en sí´´mísmo, seguro en si mismo, sj, sumamente abierto, sumamente sencillo, tarjetas de los menús, trabajadores, trato con la gente, vendedoras del mercado, vida alegre, virtud principal, voilá le témoignage

Para la Mayor Gloria de Dios y en honor de su fiel siervo el Padre P.albacenaJosé María Alba Cereceda S. J.,  invocando el favor de la Señora, voy a dar una ligera pincelada del modo de ser del Padre. Escribiré unos cuantos recuerdos, para que sea algo más conocido, aunque ya sé que serán solamente unas gotas en el mar.

En primer lugar, de su personalidad, humanamente hablando. Siendo el Padre Alba una persona de cualidades muy excepcionales, aunque en su humildad jamás se jactaba de ello, podía aparecer incluso simple, pues era sumamente sencillo y abierto con todo el mundo que le rodeaba (en ello se basaron sus enemigos para decir que en el orden natural no servía para nada). No tenía doblez.

Llamaba la atención su agudeza de entendimiento en el trato con la gente, que dejaba prendado a todo el mundo. Sabía tratar a toda clase de personas: sabios, personajes ilustres, eruditos en cualquier campo del saber, gente sencilla de la calle, trabajadores de todas clases, vendedoras del mercado… Tenía gracia  para decir en cada momento y a cada uno lo que le llegaba al corazón y dejaba boquiabierto al más erudito -y a los que Io acompañaban-, pues sorprendían siempre sus salidas, aun después de tantos años de conocerlo y estar con él casi continuamente. Admiraba siempre a los que vivían con él cuando se empezaba una conversación sobre cualquier tema o hablaba con personajes duchos en algo específico, cómo él se ponía a la altura de sus conocimientos, fuera el que fuera el campo del saber al que correspondieran.

Incluso pocas horas antes de morir, en aquellas terribles noches inquietas en que no podía dormir recitaba hermosas y largas poesías en francés o de San Juan de la Cruz, o pedía, como una vez, que le buscáramos en concreto el poema A los caballos de los conquistadores de un poeta del s, XIX-XX, que, por cierto, no encontrarnos en la biblioteca (él mismo quiso que le lleváramos aún cuando apenas se tenía en pie, para verificar que no estaba, aunque apenas veía). Eran las dos o las tres de la madrugada y se justificó diciendo: Es que he sido profesor de Literatura. Tenía una gracia especial en su estilo literario y en su oratoria. Llamaba la atención en su construcción de las frases la expresión de sus ideas, el modo propio con que lo hacía… y aunque divagara, no perdía jamás el hilo de lo que se había propuesto decir. En los últimos días, casi incapaz de hablar por su extrema debilidad y por la trepanación que le hicieron del cráneo para realizar la biopsia -el decía que le habían tocado el nervio de la mandíbula inferior derecha-, musitaba, con apenas voz, lo que tenía que decir con el mínimo de palabras, y aun en este estado, dictó las cartas de despedida, con múltiples interrupciones, para taparse la cara con las manos o descansar sobre el brazo, pues se agotaba o tenía dolor -no lo supimos-, y resultaba dramático el oírle, pero sus cartas resultaban bien hilvanadas.

Tenía una personalidad sumamente rica. Siempre demostró un gran equilibrio emocional. Nos dejaba a todos admirados. A veces solía decir que, de joven, un cierto amigo suyo le había dicho que era incapaz de conocer lo que le afectaba en el campo emocional. Junto a la agudeza de entendimiento tenía esta personalidad tan polifacética. Era firme en sus ideas. Cuando empezaba un proyecto, aunque hubiera interrupciones, lo acababa, incluso hasta en los momentos más difíciles de sus últimos días. Para educar a los que le rodeaban siempre decía con acierto lo que le convenía a cada uno, aunque le pudiera sentar mal, pero siempre dejaba el corazón consolado, pues al mismo tiempo era sumamente afectuoso y cariñoso. Con suma serenidad veía partir a los jóvenes que él había formado que se iban al seminario o, una vez ordenados-, a sus parroquias, y parecía que no se inmutara, pero, una vez marchados, hacía comentarios como las despedidas son un poco como la muerte. No era amigo de blandenguerías. Sólo en los últimos días se le oyó decir a unos y a otros, de los muchos que pasaron a verle, palabras y demostraciones de más afecto, como: tomar la mano del visitante y ponérsela sobre el corazón, reiterándole su afecto.

En fin, no acabaríamos de expresar todo lo que nos ha demostrado estos últimos días. Su nobleza de corazón se demostró más en los últimos días pues nos agradecía a todos nuestra lealtad y nuestra fidelidad, sobre todo en la hora amarga de la persecución hace unos años. Lo agradeció siempre, pero lo manifestó más en sus últimos días: uno a uno nos decía palabras de agradecimiento.

Conociendo su carácter abierto al máximo, alegre en todo momento, confiado y seguro de sí mismo, sencillo y humilde, siempre de buen humor, a menudo no se sabía si decía las cosas en serio o en broma. Siempre nos incitaba a ser la alegría de los que nos rodearan, a hacer la vida alegre a los demás. Cuando anuncié a una de las señoras del servicio que ya volvía del hospital, exclamó: ¡Qué bien! ¡Ya llega la alegría de la casa!… Es verdad, así lo hablábamos entre nosotras el otro día. Él siempre sabía decir palabras agradables a todo el que le salía al paso.

En ocasiones se decía de él mismo: A veces me parece que soy el oso (el que hace reír).

Un día entró en un mercado para buscar cajas, pues había que guardar libros, y a los pocos momentos ya tenía revolucionadas a todas las vendedoras y, naturalmente riendo gozosas, todas arremolinadas a su alrededor. Al salir decía: Voilá le témoignage!… pues llevaba sotana y sabía que daba testimonio de sacerdote. Como esta anécdota se pueden contar múltiples.

En las bodas de sus jóvenes, al terminar, cogía las tarjetas de los menús y ¡ya la tenía liada! En ellas escribía poesías anónimas dirigidas a las damas alabándoles su peinado o la prenda que llevaran que más llamaba la atención, y las mandaba por medio de los niños que hubiera, con lo que tenía al comedor entero revolucionado.

Su virtud principal, a mi entender, era su misericordia: todo lo llevaba a la mejor parte, todo lo justificaba, teníapadreramblas un gran corazón, que enamoraba a todo el que se le acercaba: los niños del colegio recurrían a él cuando se hacían merecedores de castigo, pues sabían que él les estimularía a pedir disculpas y a suavizar y enmendar su maldad.

Una exclamación que se le oía decir a menudo era ¡MAGNÍFICO! y en los últimos días dijo que había ofrecido todos sus magníficos por la salvación de Israel.

Algo se ha dicho hasta aquí de cómo era el padre Alba, visto exteriormente… aunque cada una de sus virtudes y facetas merecería capítulo aparte. Pido a todos los que le han conocido que escriban anécdotas, recuerdos suyos… aunque hay tanto que no creo que pueda ser posible ser publicado exhaustivamente.

Isabel Lamarca

 
 
diciembre 2025
L M X J V S D
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
293031  
« Sep    

Introduce tu dirección de correo electrónico para seguir este Blog y recibir las notificaciones de las nuevas publicaciones en tu buzón de correo electrónico.

Unión Seglar de San Antonio María Claret

P. José María Alba Cereceda, S.I.

palba2

Archivos

Categorías

  • Artículos (1.171)
  • Artículos – Contracorriente (919)
  • Carta Dominical (118)
  • Chispicas (266)
  • Cosicas (108)
  • De Hispanoamérica (1)
  • Dominicas (266)
  • El Coladero (1)
  • El nacimiento de la España moderna (75)
  • Francisco franco (176)
  • Guerra Campos (286)
  • Hemos leído (99)
  • Hispanoamérica. La verdad (192)
  • Historia de España (57)
  • Hitos (175)
  • Imagén – Contracorriente (132)
  • La Iglesia vive de la Eucaristia (22)
  • La voz de los santos (154)
  • Magisterio (38)
  • Meditaciones de la Virgen (174)
  • Mensajes de fe (214)
  • Miguicas (265)
  • Mojones (184)
  • Mostacicas (265)
  • Noticas (10)
  • Oraciones (391)
  • P. Manuel Martínez Cano (736)
  • Padre Alba (268)
  • Palabras de Dios (94)
  • Para pensar (27)
  • Pensamientos (99)
  • Pensar es sano (111)
  • Sabaticas (266)
  • Santos (111)
  • Semillicas (265)
  • Sintonía con la jerarquia (184)
  • Uncategorized (1.327)
  • Vida mixta (13)
  • Vida religiosa ayer, hoy y mañana (22)

Ejercicios Espirituales predicados por el P. Cano

Meditaciones y Pláticas del P. José María Alba Cereceda, S.I.

Varios volumenes de apóx. 370 páginas. Precio volumen: 10 €. Pedidos: hnopablolibros@gmail.com

Twitter Papa Francisco

Mis tuits

Twitter P. Cano

Mis tuits

“Espíritu Santo, infúndenos la fuerza para anunciar la novedad del Evangelio con audacia, en voz alta y en todo tiempo y lugar, incluso a contracorriente”. Padre Santo Francisco.

"Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la construyen. (Salmo 127, 1)"

Nuestro ideal: Salvar almas

Van al Cielo los que mueren en gracia de Dios; van al infierno los que mueren en pecado mortal

"Id al mundo entro y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado" Marcos 16, 15-16.

"Es necesario que los católicos españoles sepáis recobrar el vigor pleno del espíritu, la valentía de una fe vivida, la lucidez evangélica iluminada por el amor profundo al hombre hermano." San Juan Pablo II.

"No seguirás en el mal a la mayoría." Éxodo 23, 2.

"Odiad el mal los que amáis al Señor." Salmo 97, 10.

"Jamás cerraré mi boca ante una sociedad que rechaza el terrorismo y reclama el derecho de matar niños." Monseñor José Guerra Campos.

¡Por Cristo, por María y por España: más, más y más!

www.holyart.es

Blog de WordPress.com.

  • Suscribirse Suscrito
    • Contracorriente
    • Únete a otros 279 suscriptores
    • ¿Ya tienes una cuenta de WordPress.com? Inicia sesión.
    • Contracorriente
    • Suscribirse Suscrito
    • Regístrate
    • Iniciar sesión
    • Denunciar este contenido
    • Ver el sitio en el Lector
    • Gestionar las suscripciones
    • Contraer esta barra
 

Cargando comentarios...