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CIENCIA, FE, ATEÍSMO
Los idiotas somos los católicos. Lo dice todo el mundo universal todos los medios de
comunicación progresistas y democráticos lo proclaman ininterrumpidamente: ¡Los católicos son unos idiotas! Creen en auténticas aberraciones. La ciencia ha desplazado totalmente al oscurantismo religioso católico. Hace pocos días me decía un joven casado: No entiendo como mi mujer, que es súper inteligente, es tan católica. Vaya por delante, que la Sagrada Escritura, la Palabra de Dios, afirma que sólo un necio puede negar la existencia de Dios. Y san Pablo afirma rotundamente que los ateos no tienen razón alguna para no creer en Dios, son inexcusables, porque a través de las cosas creadas se llega al conocimiento del Creador de todas ellas.
¿Qué ciencia ha desplazado a la religión? ¿La física, la química, la biología? “No se da contradicción alguna entre la Religión y las ciencias Naturales; ambas son perfectamente compatibles entre si” (Max Planck, Premio Nobel de Física). “Contraponer la ciencia con la religión, es cosa de gente poco experta en uno u otro tema” (Paul Sabatier, Premio Nobel). El Beato Juan Pablo II, dijo en la Universidad de Madrid: “La Ciencia y la fe no son opuestas, sino convergentes en el descubrimiento de la realidad integral que tiene su origen en Dios”. Einsten dijo: “Si la religión sin ciencia es ciega, la ciencia sin religión cojea”. Y el P. Manuel Carreira S,I:, Doctor en Ciencias Físicas ha dicho: “No sólo no hay contradicción entre ciencia y fe, sino que mutuamente se ayudan y complementan”.
La historia de la Ciencia esta repleta de hombres de fe en Dios, de cristianos católicos, protestantes, anglicanos, ortodoxos… “Puedo, de mi parte, aseverar con toda decisión que la negación de la fe carece de todas base científica. A mi juicio jamás se encontrará una verdadera contradicción entre la fe y la ciencia”. (Millikan, gran físico, Premio Nobel). El inventor de la Telegrafía sin hilos. Marconi, Premio Nobel proclama: “Lo declaro con orgullo: soy creyente. Creo en el poder de la oración y creo no sólo como católico sino también como científico”.
El genial físico astrónomo y matemático, fundador de la física teorética clásica, Newton, afirmó rotundamente: “Lo que no sabemos es una gota, lo que ignoramos un inmenso océano. La admirable disposición y armonía del Universo no han podido sino salir del plan de un Ser Omnisciente y Omnipotente”. Uno de los científicos que más bien ha hecho a la humanidad Louis Pasteur (1822-1895) que produjo la primera vacuna contra la rabia. Católico practicante dijo; “Para mí, la fe comienza con la comprensión de que una inteligencia suprema dio el ser al universo y creó al hombre. No me cuesta tener fe, porque el orden e inteligencia del cosmos dan testimonio de la más sublime declaración jamás hecha: “En el principio creó Dios”. Y en otra ocasión declaró; “Porque he estudiado mucho tengo la fe de un bretón, si hubiese estudiado más tendría la fe de una bretona” (Bretaña es una de las regiones más católicas de Francia)
Es verdad que hay científicos que no creen en la existencia de Dios, pero no tienen una razón científica ni filosófica para apoyar su ateísmo. Pero también es verdad que son mayoría los científicos que creen en Dios y viven religiosamente. El Premio Nobel de Física 1954, Max Born (1822-1970): dijo: “Solo la gente boba dice que el estudio de la ciencia lleva al ateísmo” Derek Barton (1918-1998) que compartió el premio Nobel de química en 1969, dijo: “No hay incompatibilidad alguna entre la ciencia y la religión… la ciencia demuestra la existencia de Dios”.
La verdadera enemiga de la fe no es la ciencia, es la soberbia. Los científicos humildes han descubierto que la ciencia lleva a Dios. Arthur L. Schawlow (1921-1999), que compartió el premio Nobel de Física en 1981, confiesa: “Al encontrarse uno frente a frente con las maravillas de la vida y del Universo, inevitablemente se pregunta por qué las únicas respuestas posibles don de orden religioso… Tanto en el Universo como en mi propia vida tengo necesidad de Dios” Y el Premio Nobel de Física 1997 William D. Phillips (1948 – ) ha dicho: “Hay tantos colegas míos que son cristianos que no podría cruzar el salón parroquial de mi iglesia sin toparme con una docena de físicos”. El padre de la genética moderna Jerome Lejeune, fiel católico y defensor de la vida humana, está en proceso de beatificación y canonización.
Los últimos Papas nos han ido recordando que el hombre moderno vive como si Dios no existiera, que las naciones católicas se están paganizando, que dentro de la misma Iglesia se está produciendo una apostasía silenciosa. El concilio Vaticano II, nos recuerda que “Una dura contienda contra el poder de las tinieblas se extiende a través de la historia humana” (Gaudium et Spes 37,2) y que “con demasiada frecuencia los hombres han sido engañados por el Maligno” (Lumen Gentium, 16). Hombres de Iglesia también han sido engañados: “el huma de Satanás ha penetrado en la Iglesia” (Pablo VI). Si “el demonio está vivo y trabaja en el mundo… de su obra depende el mal y los desórdenes presentes en el hombre y en la sociedad” (Beato Juan Pablo II).
El exorcista P. Francisco de Paula Solá SJ, decía que la peor influencia del demonio en el hombre es la influencia en el entendimiento. Las ideologías políticas agnósticas, ateas y anticatólicas que se
están apoderando de las naciones con sus medios de comunicación, están esclavizando las mentes y los corazones: “Un Estado Moderno que posea el control de los medios de información y de propaganda, puede manipular los espíritus, deformar las conciencias y falsear criterios”. (Eduardo Coloma). Sí, “los medios de comunicación social ponen sutilmente en peligro la libertad y la capacidad de juzgar con objetividad” (Beato Juan Pablo II): “Temo el día en que la tecnología sobrepase a la humanidad y el mundo tenga una generación de idiotas”. (Einsten). En esas estamos.
“Creo que solo un idiota es capaz de ser ateo” Christian B. Anfinsen (1916-1995), Premio Nobel de química 1972.
P. Manuel Martínez Cano, mCR

