Contracorriente

~ Blog del P. Manuel Martínez Cano, mCR

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Catecismo Social XIX: Libertad y Liberalismo IV

26 miércoles Jun 2013

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asociación, civil, derecho a predicar, doctrina social, fe, Iglesia, libertad, privilegios, secta

13 –Pero después del Concilio, la Iglesia ha renunciado a todos los privilegios y quiere reducirse a una asociación similar a cualquier otra de tipo civil. ¿O no?

Pues no. Una cosa es que la Iglesia se apoyare en la fuerza del dinero, del prestigio o de las armas, y otra la renuncia a catecismo sociallos medios humanos para transmitir el mensaje. La Iglesia, en bien de la concordia, puede renunciar a bienes materiales adquiridos legítimamente en otras épocas y pactar una transacción honorable. Pero la Iglesia jamás puede amilanarse, por su propia naturaleza de origen divino, al nivel de cualquier secta, organización, o entidad civil, sea religiosa, intelectual o civil. Esto está paladinamente escrito y adoctrinado en el Vaticano II. Habla el Concilio: «(La Iglesia) no pone su esperanza en los privilegios que le ofrece el poder civil; antes bien renunciará de buen grado al ejercicio de ciertos derechos legítimamente adquiridos, si consta que su uso puede empañar la pureza de su testimonio, o si nuevas circunstancias exigen otras disposiciones. Pero siempre y en todas partes reconózcase su derecho a predicar con libertad la fe, a enseñar su doctrina social, a ejercer sin trabas su misión entre los hombres e incluso a pronunciar el juicio moral, aun en problemas que tienen conexión con el orden político, cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas, utilizando todos y sólo los medios que sean conformes al Evangelio y convengan al bien de todos, según la diversidad de los tiempos y las circunstancias.» Por tanto, la Iglesia tiene obligación de dar doctrina segura frente a leyes anticatólicas que autoricen el divorcio, el aborto, la eutanasia, el permisivismo pornográfico, los métodos anticonceptivos, el homosexualismo, así como la escuela neutra, atea, y la llamada educación sexual con procedimientos evidentemente corruptores y antipedagógicos, así como la prensa, la Universidad, los espectáculos, y cuantas manifestaciones de la vida pública entrañen alguna relación directa con la moral. Y en esta línea están los liberales moderados, los demócratas cristianos, los centristas, los constitucionalistas, y todos aquellos que bajo los pretextos que sean rechazan, con melosidades o con brutalidad, lo que la Iglesia perennemente sostiene como imperativo indeclinable del Evangelio. Luego, el liberalismo moderado es ajeno a la verdad católica.

 

Catecismo Social XVII: Libertad y Liberalismo II

12 miércoles Jun 2013

Posted by manuelmartinezcano in Uncategorized

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14 de Mayo de 1971, 80 proposiciones más destacadas del liberalismo, anarquismo, ateísmo, autodeterminación, autonomía moral, único absoluto, bien común de la sociedad, calvinismo, capitalismo, captable, carta cardenal Roy1, causa de todas las desgracias de este mundo, causa del ateísmo, centrismo, comunismo, condena, confusionismo, conocer, convivencia, decálogo, democracia cristiana, desenfreno libre, dictadura, dictadura del estado, Dios, disgregación, el individuo se autodetermina hasta el yo elevado a la única realidad, en nombre de la libertad, encierra, entroniza alEstado, esencia de la libertad, espontáneos, existencia de Dios, explotación, familia liberal, fascismo, fe cristiana, fin de la existencia humana, fruto del liberalismo, guerras internacionales, hambree, hombre, ideologías, Iglesia, iluminismo, indiferentistas, instintos, irenismo, jesucristo, legislan, ley, liberales naturalistas, liberalismo, liberalismo católico, liberalismo naturalista, liberalismo total, libertad, libertad humana, mal, maldad intrínseca del liberalismo, maneras de proceder, maritanismo, marxismo, matices del mismo error, matriz, máscaras, moral personal, moral social, naturaleza humana, naturalmente bueno, nazismo, negación, niega, no aceptan, nominalismo, orden económico, orden intelectual, origen y razón de todos los derechos, pablo VI, Papas, pasionales, pío IX, perversión, práctica privadad, prescindir de Dios, presencia de Jesucristo, progresismo, propugna, pureza de la raza, quanta cura, racionalismo, razón humana, rechaza, rechaza a Dios, religiones, religiones iguales, Revelación, se apoya en la razón de la fuerza, secuela del mismo, sentido verdadero de la vida, sentidos, sistemas totalitarios, sobrenatural, sociedad, sofismas, suicidios, sylabus, teoría de la riqueza como signo de la predestinación, todas las ideas pueden ser divulgadas, tragedia, VaticanO II, Verdad, verdad objetivad

6 -Entonces, el liberalismo, ¿qué propugna?

El liberalismo niega la naturaleza humana en su versión auténtica. Pretende que el hombre es naturalmente catecismo socialbueno. Y así entiende que la libertad es la autodeterminación de cada uno, sin tener en cuenta ni a Dios, ni el fin de la existencia humana, ni el bien común de la sociedad. Para el liberalismo, la libertad es lo único absoluto. Todo lo demás se subordina a la misma. Y la familia liberal tiene diferentes máscaras. Desde el liberalismo total que rechaza a Dios como si fuera el mal, al liberalismo naturalista que navega en el confusionismo de que todas las ideologías, religiones y maneras de proceder son dignas de respeto, hasta el liberalismo llamado católico -la democracia cristiana, el maritainisrno, el centrismo, el irenismo, el progresismo- que, junto a la práctica privada de la fe cristiana, se une a aquellos que en el orden social prescinden de Dios y legislan contra el Decálogo, bajo los sofismas de la convivencia, y otros pretextos similares.

 

7 -¿La Iglesia acepta el liberalismo?

No, la Iglesia ha condenado el liberalismo. La «Ouanta cura», con el «Syllabus», de Pío IX, infaliblemente anatematiza las 80 proposiciones más destacadas del liberalismo. Y los Papas, continuamente, hasta Pablo VI en su carta al cardenal Roy, en 14 de mayo de 1971, han repetido esta condena. Se explica: el liberalismo es producto del nominalismo que niega que la razón humana pueda conocer la verdad, del racionalismo que recorta su vuelo a lo puramente captable por los sentidos y rechaza todo lo sobrenatural, del iluminismo que se encierra en la autonomía en lo moral, y del calvinismo con su teoría sobre la riqueza como signo de predestinación. Porque el liberalismo es causa del ateísmo en el orden intelectual, del capitalismo en el orden económico, y también del marxismo como secuela del mismo, así como la disgregación de toda moral personal y social, con sus guerras internacionales, hambre y explotación, así como la tragedia de tantos suicidios y perversión, la Iglesia no puede de ninguna forma transigir con el liberalismo, causa de todas las desgracias de nuestro mundo.

 

8 -Pero, ¿el Vaticano II no ha evolucionado en sentido liberal?

No, el Vaticano II ha definido solemnemente: «Los que profesan este ateísmo afirman que la esencia de la libertad consiste en que el hombre es el fin de sí mismo, el único artífice y creador de su propia historia» (Gaudium et Spes, n. 20). Y esto entraña la condenación absoluta del liberalismo. Los que «afirman que la esencia de la libertad consiste en que el hombre es el fin de sí mismo, el único artífice y creador de su propia historia» son los liberales, naturalistas –o sea, que no aceptan a Dios, su Revelación, Jesucristo, la Iglesia-, indiferentistas -o sea, que imaginan que todas las religiones son iguales y que todas las ideas pueden ser divulgadas-, y los ateos que, lógicamente, ya implantan una dictadura, en nombre de la libertad, para ahogar definitivamente el sentido verdadero de la vida. El Vaticano II es un nuevo compromiso y confirmación de que ni el hombre ni la sociedad, en todas sus manifestaciones, pueden prescindir de Dios ni que sean independientes a Él, como pretenden los liberales, los marxistas, los demócratas cristianos.

 

9 -¿En qué consiste la maldad intrínseca del liberalismo?

En definitiva el liberalismo entroniza al Estado como origen y razón de todos los derechos. Fruto del liberalismo son los sistemas totalitarios. Es liberal el fascismo, porque se apoya en la razón de la fuerza. Es liberal el nazismo, porque se apoya en la pureza de la raza, entendida según módulos meramente fisiológicos. Es liberal el comunismo, porque dogmatiza sus errores y los eleva a la dictadura del Estado en su máxima expresión. Es liberal el anarquismo, porque el individuo se autodetermina hasta el «yo» elevado a única realidad. Son matices del mismo error. Si no se reconoce la existencia de Dios, la presencia de Jesucristo y su ley dentro de la sociedad, todos los sistemas erróneos encuentran su matriz en la negación que entraña un sistema que desconoce la verdad objetiva y deja el desenfreno libre de la libertad humana, a sus más espontáneos y pasionales instintos.

 

 

Imitación de Cristo XIX

15 miércoles May 2013

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deseo de vivir, disciplina, enmienda, fervorosa, fiel, hombre espiritual, Iglesia, nuestra vida, oración, pagar, para Dios, perfección, rico, servicio de Dios

Capítulo 25(I)

De la fervorosa enmienda de toda nuestra vida

1. Vela con mucha diligencia en el servicio de Dios y piensa de ordinario a qué viniste y por qué dejaste el mundo.
¿No fue, por ventura, con deseo de vivir para Dios y ser hombre espiritual?
Corre, pues, con fervor a la perfección, que presto recibirás el galardón de tus trabajos, y no habrá de ahí adelante temor ni dolor en tu fin.
Ahora trabajarás un poco y hallarás después gran descanso y aun perpetua alegría.
Si permaneces fiel y fervoroso en obrar, sin duda será Dios fiel y rico en pagar.
Ten firme esperanza que alcanzarás victoria; mas no conviene tener seguridad, porque no aflojes ni te ensoberbezcas.

2. Se hallaba uno lleno de congoja, luchando entre el temor y la esperanza, y un día, cargado de tristeza, entró en la iglesia y se postró delante del altar en oración, y, revolviendo en su corazón varias cosas, dijo: ¡Oh, si supiese que había de perseverar! Y luego oyó en lo interior la divina respuesta: «¿Qué harías si eso supieses? Haz ahora lo que entonces quisieras hacer, y estarás seguro».
Y en aquel punto, consolado y confortado, se ofreció a la divina voluntad, y cesó su congojosa turbación.
Y no quiso escudriñar curiosamente para saber lo que le había de suceder, sino que anduvo con mucho cuidado de saber «lo que fuese la voluntad de Dios» y a sus divinos ojos «más agradable y perfecto» (Rom 12,2) para comenzar y perfeccionar toda buena obra.

3. «Espera en el Señor, y haz bondad, y habita en la tierra, y serás apacentado en su riqueza» (Sal 36,3).
Detiene a muchos el fervor de su aprovechamiento el espanto de la dificultad o el trabajo de la pelea.
Ciertamente, aprovechan más en las virtudes aquellos que más varonilmente ponen todas sus fuerzas para vencer las que les son más graves y contrarias.
Porque allí aprovecha el hombre más y alcanza mayor gracia, donde más se vence a sí mismo y se mortifica el espíritu.

4. Pero no todos tienen igual ánimo para vencer y mortificarse.
No obstante, el diligente y celoso de su aprovechamiento, más fuerte será para la perfección, aunque tenga muchas pasiones, que el de buen natura si pone poco cuidado en las virtudes.
Dos cosas especialmente ayudan mucho a enmendarse; es a saber: desviarse con esfuerzo de aquello a que le inclina la naturaleza viciosamente y trabajar con fervor por el bien que más le falta.
Trabaja también en vencer y evitar lo que de ordinario te desagrada en tus prójimos.

5. Mira que te aproveches dondequiera; si vieres y oyeres buenos ejemplos, anímate a imitarlos; mas si vieres alguna cosa digna de reprensión, guárdate de hacerla; y si alguna vez la hiciste, procura enmendarte luego.
Así como tú miras a los otros, así los otros te miran a ti. ¡Cuán alegre y dulce cosa es ver los devotos y fervorosos hermanos con santas costumbres y en observante disciplina!
¡Cuán triste y penoso es verlos andar desordenados y que no hacen aquello a que son llamados por su vocación!
¡Cuán dañoso es ser negligentes en el propósito de su llamamiento y ocuparse en lo que no les mandan!

Catecismo Social XII

07 martes May 2013

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23 de enero de 1929, alma inmortal, Anticristo, Apocalipsis, asociaciones secretas, asociacioness, aspecto comercial, aspecto recreativo, azufre, canon 684 código canónico, católica, ciencia, ciudad celeste, civilización, colonialismo, condenadas, Cristo, dignidad humana, dignidad verdadera, Dios, doctrina perenne, encíclica, fabricantes de armas, fieles, filantrópico, filantropía, fueros del hombre, Fulton Sheen, Gaudium et Spes, gran humanista, gran secreto, hombre, humanum genus, ideologías, Iglesia, igualdad, ingenuas, inocuas, internaiconal, intimidad, laico, león XIII, liberalismo, libertad, maillot rojo, marxismo, monseñor, moral, neutral, neutrales, obispo norteamericano, pacifistas, pastoral colectiva de los metropolitanos, paz, pedagógico, reaccionar, religion, romanos pontífices, sediciosas, sociedad de consumo, sospechosas

9 -¿Cómo debe reaccionar un católico ante esta filantropía, con carácteres de colonialismo mental tan extendido?

Nos parecen oportunas y actuales las palabras de la pastoral colectiva de los metropolitanos españoles del 23 de enero de 1929, que a pesar del tiempo transcurrido, es un resumen magnífico de doctrina perenne. Decían nuestros obispos:

«Estimamos necesario recordar a todos los fieles el exacto cumplimiento del canon 684 del vigente Código Canónico, que dice así: SON DIGNOS DE ALABANZA LOS FIELES QUE DAN SU NOMBRE A LAS ASOCIACIONES FUNDADAS O A LO MENOS RECOMENDADAS POR LA IGLESIA; MAS GUÁRDENSE DE DAR SU NOMBRE A LAS ASOCIACIONES SECRETAS, CONDENADAS, SEDICIOSAS, SOSPECHOSAS O QUE PROCURAN EVADIR LA VIGILANCIA LEGITIMA DE LA IGLESIA. Debajo de un aspecto comercial, recreativo, pedagógico, filantrópico, internacional, neutral, pero siempre laico, y debajo del pretexto de hacer caso omiso de la religión o de serles indiferente mientras predican una moral sin religión para llegar a la paz universal, ocultan la negación de la moral verdadera y de la verdadera religión, que tratan de sustituir con una moral y una religión que no es la de Jesucristo. Ese neutralismo religioso de que tales asociaciones blasonan es lo que no pocas veces condenaron Los Romanos Pontífices, y especialmente León XIII, en su encíclica «Humanurn Genus»

  

10 -¿Cómo deben juzgarse todos esos sistemas que propugnan falsamente la dignidad humana igualando la verdadera religión con ideologías aparentemente inocuas, ingenuas, pacifistas, neutrales, en un plan de superioridad que prescinde de Jesucristo, como la piedra angular fuera de la cual no hay salvación?

Lo descubrió magníficamente el obispo norteamericano monseñor Fulton Sheen, con estas palabras: «El Anticristo no se llamará así; de lo contrario no tendría adeptos. No llevará un maillot rojo, y no vomitará azufre. Llegará disfrazado como el Gran Humanista; hablará de paz y de abundancia. Protegerá la ciencia, pero tan sólo para que los fabricantes de armas se sirvan de una maravilla de la ciencia para destruir otra. Hablará aún, tal vez, de Cristo, y dirá de El que fue el hombre más grande que jamás haya existido. En medio de su aparente amor a la Humanidad y con sus enternecedoras palabras sobre la libertad y la igualdad tendrá un gran secreto que no dirá a nadie. No creerá en Dios. Vivimos días de Apocalipsis». Toda la «civilización» que prescinde de Dios está en esta línea, la más contraria a la dignidad verdadera del hombre. Por esto, tanto el marxismo, como la sociedad de consumo, como el liberalismo, degradan al hombre. Son ataques sistemáticos a la intimidad y a los fueros del hombre como tal, entendido como ser que necesita libertad, tiene un alma inmortal y está destinado a gozar de Dios. La dignidad del hombre brilla en este postulado de la vida cristiana, que de nuevo ha reivindicado el Vaticano II:

«Los cristianos, en marcha hacia la ciudad celeste, deben buscar y gustar las cosas de arriba lo cual en nada disminuye antes por el contrario aumenta, la importancia de la misión que les incumbe de trabajar con todos los hombres en la edificación de un mundo más humano» («Gaudium et Spes», 57).

Para la Historia: Respuesta a la Carta Colectiva del Episcopado Español X

24 miércoles Abr 2013

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auténtico, calumnias, caridad, conventos, creencias, creencias católicas, cristianas, cristianda, cruel, de, de España, destrucción, enemigos, episcopado, España, española, espíritu, gloriosa, guerra civil, Historia, Iglesia, injusticia, irlanda, irlandesa, justicia, la, las, martirio, nación, nacional, natural, noble, obispos, odios, prensa católica, prensa mundial, rectitud, religiosos, sacerdotes, sanguis martyrum semen ecclesiae, seglares, sentido, templos, tendenciosa, usque ad sanguinem, vandalismo, Venerable, Verdad, verdicto

 

Mensaje del Episcopado de Irlanda

Venerables Hermanos:

No puede leerse sin profunda emoción la noble y tierna Carta dirigida por Sus Excelencias al Episcopado católico del mundo. Es un documento de excepcional dignidad y serena sobriedad de expresión, animado enteramente del auténtico espíritu de caridad cristiana. En él campea una gallarda vindicación de la Venerable Iglesia de España, de los odios y calumnias acumulados sobre ella por los enemigos de las creencias cristianas y una noble respuesta a las tergiversaciones con que un gran sector de prensa intenta desdibujar los bandos e ideologías en el lamentable conflicto que agita furiosamente ese desolado país.

En una simple exposición de los hechos, y con un sereno y autorizado análisis de la situación, exento de vehemencias y retóricas recursos, habéis dado al mundo el sentido de la verdad en un lenguaje preciso y contundente, haciendo poderosa llamada a la conciencia de la Humanidad y al último veredicto de la Historia. La impresionante sinceridad de esta oportuna llamada debe mover no solamente a quienes participen de las creencias católicas, sino también a todo el que conserve un sentido de rectitud y justicia natural.

Nosotros reconocemos, Venerables Hermanos, la cruel injusticia que se ha hecho a los católicos de España por una gran parte de la prensa mundial, tendenciosa en general -con honrosas excepciones- en la manera de presentar el origen y desarrollo de la presente trágica situación de su amado país. Nosotros conocemos y nuestro pueblo sabe que, merced a la tendenciosa y malévola interpretación de los hechos, se ha dado plena publicidad a las falsas propagandas de sus enemigos, mientras que se ha mantenido una innoble conspiración de silencio sobre cosas que podrían contradecirlas; la prensa mundial ha desviado gravemente la opinión de las naciones desde el comienzo de la guerra civil de España acerca de sus causas primeras y los términos precisos de cada momento del conflicto. Nosotros podemos asegurar a sus Excelencias que, a pesar de esto, nuestro fiel pueblo irlandés ha interpretado en su verdadero sentido el caso, ayudado por la prensa católica y nacional irlandesa, así como por folletos ampliamente divulgados, y que la gran mayoría de él ha manifestado su simpatía hacia la católica España y su Jerarquía, Clero, religiosos y seglares católicos. Nosotros y todo nuestro pueblo hemos quedado profundamente emocionados por los relatos de los indecibles vejámenes infligidos a tantos Obispos, sacerdotes, religiosos y seglares, a vista del cruel martirio a que han sido sometidos tan gran número de ellos, de fa total destrucción de tantos templos y conventos y del vandalismo con que han sido destrozados para siempre los tesoros artísticos que encerraban.

Será para Sus Excelencias de algún consuelo saber que empieza a prevalecer la verdad sobre la situación de España aun en el país vecino, donde se ha formado una comisión de no católicos para ilustrar al pueblo, tendenciosamente informado por la propaganda enemiga, y poner los hechos en su verdadera luz, mostrándoles a su vez que no es solamente la causa de la Iglesia en España lo que se ha puesto hábilmente en juego en el presente conflicto, sino la totalidad del ideal cristiano, sobre el que gravita la civilización de Europa, y los mismos valores básicos humanos, que son la natural herencia de una raza.

La serena y digna exposición contenida en la Carta de Sus Excelencias, tenazmente silenciada en una prensa injusta y mal intencionada, contribuirá poderosamente en el folleto que se ha puesto al público a disipar las nubes de la ignorancia y los prejuicios de ciertos medios, y a orientarlos para que todos vean en adelante la clara luz de la verdad. Asimismo, la difusión de la Carta hará gran servicio entre un pueblo que se estima a sí mismo y está convencido de la justicia de su causa, porque muestra ante todo la horrible realidad, los desastrosos resultados de la falsa doctrina que intenta propagarse con satánica energía por todos los pueblos del mundo.

No podemos diferir por más tiempo, Excmos. Sres., la expresión de nuestra profunda admiración por el heroísmo de los nobles mártires que con sus Obispos, Clero, religiosos y fieles seglares han sentido la bárbara persecución desatada sobre sí y en que tantos han hecho el sacrificio usque ad sanguinem por su Fe. Nosotros rogamos una vez más que pueda cumplirse el viejo dicho sanguis martyrum semen Ecclesiae; que las nobles palabras de caridad y perdón, con que cierran su carta, y aquella sangre generosa aboguen ante Dios por los españoles extraviados, que seducidos por falsas doctrinas han causado tan incalculable daño a su Patria, y que de esta sangre. Y de estos dolores la Divina Providencia se valga para conducir a renovada y vigorosa vida a la noble nación española y a la gloriosa Iglesia de España, para honor de Su Santo Nombre Y continuidad próspera del pueblo español.

Firmado en nombre de los Obispos de Irlanda, † Cardenal Macrory, presidente; † J. Kinane, secretario.

Dublín, 12 octubre de 1937.

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