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6 -La UNESCO y la UNICEF, ¿no realizan una labor altamente cristiana?
Contestemos por partes. Referente a la UNESCO, nos unimos a la Declaración de la Liga de los Padres Cristianos -protestantes- de California, de enero de 1956.Dice así:
«La UNESCO es una de las once organizaciones especializadas de la ONU. Ha sido creada después de la ratificación de la Carta de las Naciones Unidas. El nombre puede parecer nuevo, pero el espíritu que anima las actividades de la UNESCO no lo es, pues su espíritu es del ateísmo mismo y del agnosticismo: la negación de Dios. Tanto las Naciones Unidas como la UNESCO están firmemente consagradas a la realización de un gobierno mundial con su plan para una sola religión, una sola ley, un control universal. Esta larga campaña del espíritu del ateísmo y de agnosticismo que es negación y odio a Dios se prosigue, pues, para intentar aniquilar la religión de Cristo por la supresión completa de su enseñanza y de la práctica de sus principios de moral».
Y así existen diversos documentos comprometedores del laicismo anticristiano que preside a esta organización. Referente a la UNICEF, sin negar posibles actuaciones benéficas en algunos aspectos, se debe tener presente que parte importante de su pretendida protección a la infancia, utiliza medios inmorales y antinaturales. Por ejemplo, leemos en el número 4 del volumen 6, de «lSO-BULLETIN»,de abril de 1975,órgano de la «Organización Internacional de Normalización», con residencia en Ginebra, esta noticia:
«Con la asistencia americana, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Federación Internacional del Planning Familiar (FIPF), la SIDA proyecta distribuir 850 millones de dispositivos -contraceptivos- en 1975 y 1.500 millones en 1980».
También las palabras de Mr. Henry Labouisse, director ejecutivo de UNICEF, ante la Conferencia Mundial de la Población de Bucarest, como las de Ernesto Garrido Jiménez, presidente de UNICEF en España, publicadas en «Tribuna Médica », de 1 de noviembre de 1974, así como en el diario «Arriba», el 26 de agosto de 1975, no pueden justificarse cristianamente. Bajo banderas de supuesto humanitarismo se esconden monstruosidades incalificables.
7 -He leído en «L’Osservatore Romano» que la Santa Sede ha entregado la cantidad simbólica de mil dólares, a través de su delegado permanente, monseñor Giovanni Cheli, para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
Esta noticia es cierta. Pero también lo es que monseñor Cheli manifestó «que esta entrega no significa una adhesión completa a todos y cada uno de los aspectos del programa de la organización». «L’Osservatore Romano» remacha que «la Santa Sede, como ya ha manifestado varias veces, no está de cuerdo en lo que concierne a ciertos programas de la UNICEF relativos a la planificación familiar, que son incompatibles con el respeto a la vida y a la dignidad de la persona humana». Y, ciertamente, son incompatibles. En la publicación «Informes médicos» (serie H, 2), en un trabajo titulado «Métodos de barrera» se comunicaba que la UNICEF ha adquirido preservativos masculinos en cantidades escalofriantes: alrededor de 53 millones y medio
de estos preservativos. Y tal informe no prodiga los otros medios artificiales de contraconcepción, facilitados por estos organismos o similares. En la revista «Cambio 16»,número 280, en un suelto, se informa que UNICEF está repartiendo dispositivos antibaby a dosis masivas, de tal forma que para el año 1980 tiene planeado el reparto de MIL SETECIENTOS MILLONES de unidades anticonceptivas.
8 -La Santa Sede nunca ha desautorizado las actividades de la UNICEF.
No hay que desconocer la alocución de Pablo VI el 28 de junio de 1978, al recibir al señor Labouisse, director general del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Pablo VI manifestó su «desaprobación a cualquier tipo de proyectos que, directa o indirectamente favorecen la anticoncepción, el aborto o cualquier práctica que no respete el valor supremo de la vida». Previno que con motivo del Año Internacional del Niño -1979- se fomentaran «múltiples iniciativas que no interesan al bienestar de los niños». Y es que UNICEF ha donado píldoras o materias primas equivalentes a más de 12 millones de ciclos, con destino a la isla Mauricio, Pakistán, Singapur, Bangladesh y Chile. Las compras han sido de productos fabricados por la Schering y por la Searle. También han distribuido tabletas efervescentes de la Neo Sampoon Loop. Son palabras también de Pablo VI:
«Toda la sociedad debe resistir enérgicamente, afirmando que el niño tiene el derecho divino a nacer, el derecho a tener una madre y un padre unidos por el matrimonio, y el derecho a vivir en una familia normal. Sería una contradicción si, con ocasión del Año Internacional del Niño, se promovieran actividades cuya esencia y fin fueran acoger desfavorablemente a los niños o impedirles nacer en el seno de la sociedad».