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Libertad y Eternidad

03 martes Sep 2013

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concilio vaticano II, eternidad, libertad, maría

El diccionario de la Lengua Española nos dice que “libertad es la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos”. Acciones que pueden ser buenas o malas, según estén o no, conformes con la ley moral. La libertad no es arbitrariedad o libertinaje. La libertad no es para pensar y hacer lo que uno quiera. La libertad está supeditada a la verdad y el bien.

Dios ha manifestado en su Revelación divina, que quiere que todos los hombres se salven; el Señor respeta siempre la libertad que le ha dado a las personas y los que quieran, en su soberbia, usar mal de su libertad pecando se condenarán, porque Dios, en su justicia divina no puede perdonar al pecador que libremente no quiere arrepentirse de sus pecados.

Los que mueran en pecado mortal, sin acogerse al amor misericordioso de Dios Padre, permanecerán eternamente separados de Dios para siempre por su propia y libre elección: “Según la común ordenación de Dios, las almas de los que mueren en pecado mortal, inmediatamente después de la muerte, bajan al infierno, donde son atormentados con suplicios infernales” (Constitución Dogmática Benedictus Deus)

Dios no predestina a nadie al infierno. Para condenarse eternamente es necesaria una aversión voluntaria a Dios, cometiendo pecados mortales, y persistiendo en ellos hasta la hora de la muerte. La doctrina de la Sagrada Escritura y las enseñanzas de la Iglesia, sobre el infierno, son un llamamiento a la responsabilidad con la que el hombre debe usar su libertad en relación con su destino eterno. Nuestro Señor Jesucristo nos dice: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición; y son muchos los que entran por ella; más ¡qué estrecha es la puerta y que angosto el camino que lleva a la vida; y pocos son los que la encuentran” (Mt.7, 13-14)

Nadie puede dudar de la infinita misericordia de nuestro Dios y Señor, que se entregó y murió por nosotros en la cruz, para que gozáramos eternamente con El en el cielo, pero tampoco los hombres deben usar su libertad para ofender a Dios pecando. Quien desconfía de la infinita misericordia de Jesús que ha muerto por nosotros en la cruz, se cierra a sí mismo la única puerta que hay de salvación eterna.

El Concilio Vaticano ll nos recuerda que “como no sabemos ni el día ni la hora, es necesario, según el consejo del Señor, estar continuamente en vela. Así terminada la única carrera que es nuestra vida en la tierra, mereceremos entrar con El en la boda y ser contados entre los santos y no nos mandará ir, como siervos malos y perezosos, al fuego eterno, a las tinieblas exteriores, donde habrá llanto y rechinar de dientes”

María, madre mía amantísima ¡llévanos contigo al Cielo!

 

P. Manuel Martínez Cano mCR

Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen XXXIV: Motivos para esta perfecta consagración II

03 martes Sep 2013

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Dios, eva, fidelidad, fiel, maría, perfecta consagración, san juan damasceno, santísima virgen, virgen

Parte Segunda

DE LA DEVOCIÓN MÁS EXCELENTE
A LA SANTÍSIMA VIRGEN

Motivos de esta perfecta consagración

175. María es la Virgen fiel, la que por su fidelidad a Dios repara las pérdidas que la infiel Eva causó por su infidelidad, la que alcanza la fidelidad a Dios y la perseverancia a los que a Ella se unen. Por esto San Juan Damasceno la compara a un áncora firme que nos sostiene y evita que naufraguemos en el mar agitado de este mundo en que tantos perecen por no unirse a María. Unimos, dice, las almas a vuestras esperanzas, como a un áncora firme. Los santos se han salvado porque han sido los más unidos a Ella, y han servido a los demás para perseverar en la virtud.
Dichosos, pues, mil veces dichosos los cristianos que ahora se unen fiel y enteramente a María como a un ancla firme y segura. ¡Los embates de las olas de este mundo no podrán sumergirlos, ni harán que pierdan sus tesoros celestiales! iDichosos los que entran en esa nueva arca de Noé! Las aguas del diluvio de los pecados, que anegaron todo el mundo, no les dañarán, porque «los que se unen a mí para trabajar en su salvación, no pecarán», dice la Divina Sabiduría (Eccli. 24,30). Dichosos los hijos infieles de la desdichada Eva que se entregan a la Madre y Virgen fiel, la cual siempre permanece fiel y jamás se contradice (2 Tim. 2,13) y siempre ama a los que la aman (Prov. 8,17), no sólo con amor afectivo, sino con amor efectivo y eficaz, impidiéndoles, mediante una gran abunciancia de gracias, retrocedan en la virtud o caigan en el camino perdiendo la gracia de su Hijo.

176. Esta bondadosa Madre recibe siempre, por pura caridad, todo cuanto se le entrega en depósito y una vez que Ella lo ha recibido como depositaria, se obliga en justicia, en virtud del contrato de depósito, a guardárnoslo, lo mismo que una persona a quien hubiese yo confiado en depósito mil escudos quedaría obligada a guardármelos, tanto que si por negligencia suya se perdiesen, sería ella responsable de los mismos en verdadera justicia. Pero no, jamás esta fiel Señora dejará que por su negligencia se pierda lo que se le hubiere confiado: el cielo y la tierra pasarán, antes que Ella sea negligente e infiel con los que de Ella se fían.

177. Pobres hijos de María, es extrema vuestra debilidad, grande vuestra inconstancia, muy corrompida vuestra naturaleza. Lo confieso: habéis sido sacados de la masa corrompida de los hijos de Adán y Eva. Pero no os desaniméis por esto; antes bien, consolaos y alegraos; oid el secreto que os descubro, secreto desconocido de casi todos los cristianos, aun de los más devotos.
No dejéis vuestro oro y vuestra plata en los cofres que han sido ya rotos por el espíritu maligno que os ha robado; son, además, muy pequeños, y demasiado endebles y viejos para contener tan grande y tan precioso tesoro. No pongáis el agua pura y clara de la fuente en vuestros vasos, que están sucios e infestados por el pecado. Si en ellos ya no está el pecado, queda todavía su mal olor, y el agua se corrompe. No guardéis vuestros vinos exquisitos en toneles viejos, que han estado llenos de malos vinos, porque se echarían a perder y correrían peligro de derramarse.

178. Aunque me habéis entendido, almas predestinadas, quiero todavía hablar con más claridad. No confiéis el oro de vuestra caridad, la plata de vuestra pureza, las aguas de las gracias celestiales ni los vinos de vuestros méritos y virtudes a un saco agujereado, a un cofre viejo y roto, a un vaso infecto y contaminado, como lo estáis vosotros; de lo contrario seréis robados por los ladrones, esto es por los demonios, que día y noche acechan y espían el tiempo oportuno para ello; de lo contrario, todo lo que Dios os da de más puro lo corromperéis con el mal olor del amor de vosotros mismos, de la confianza en vosotros y de la propia voluntad.
Guardad, verted en el seno y Corazón de María todos vuestros tesoros, todas vuestras gracias y virtudes; El es un Vaso espiritual, un Vaso de honor, un Vaso insigne de devoción. Desde que se encerró en El el mismo Dios en persona con todas sus perfecciones, este Vaso se ha hecho todo espiritual, y se ha convertido en mansión espiritual de las almas más espirituales; se ha hecho honorable y el trono de honor de los mayores príncipes de la eternidad; se ha hecho insigne en devoción, y la mansión más insigne en dulzuras, en gracias y en virtudes; se ha hecho, finalmente, rico como una casa de oro, fuerte como la torre de David y pura como torre de marfil.

179. ¡Qué dichoso es el hombre que todo lo ha entregado a María, que en todo y por todo se confía y se pierde en María! El es todo de María, y María es toda de él. Osadamente puede decir con David: Se ha hecho para mí (Ps. 118,56). O con el discípulo amado: La tomé por todo mi bien (Jn. 19,27). O con Jesucristo: Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío (Jn. 17,10).

Oración a la Virgen María por España

06 martes Ago 2013

Posted by manuelmartinezcano in Uncategorized

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España, maría, oracionv, virgen

V.María por España

ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA POR ESPAÑA

¡Oh Inmaculado Corazón de María!. velad por España. Invocad la miseri­cordia de vuestro Divino Hijo para que ilumine las inteligencias de los que gobiernan, a fin de que vean clara­mente el recto camino de la verdad.

¡Virgen Poderosa! Ahuyenta al enemigo de la España Católica. Defien­de la integridad de la fe en las familias, dirige sus pasos para que superen toda crisis, vacilación y cansancio.

¡Virgen Santísima! Haz que reine en España un constante empeño por llevar una vida cristiana. Muéstrate Madre indul­gente con tu querida España, que fue siempre nación mariana de raíz profunda.

¡Inmaculado Corazón de María! Infunde la virtud en todos los españo­les para que reine la fe, la honestidad y la paz. Amén.

Página para Meditar: vuestras manos

30 martes Jul 2013

Posted by manuelmartinezcano in Padre Alba, Uncategorized

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jesús, manos, maría, tesoro

P.albacena

La festividad de la Purificación y de la Presentación de Jesús en el templo, nos encuadra la meditación de todo este mes. Las manos de María llevan a Jesús. Me extasío contemplando las manos de María. Llevan al único tesoro que existe de verdad: Jesús. Luego, miro mis manos, vuestras manos. ¿Cómo han de estar nuestras manos? ¿Qué llevan nuestras manos? Se dice peyorativamente: está mano sobre mano está con las manos juntas sin hacer nada. Yo no me refiero a este sentido, y os quiero a todos mucho tiempo con las manos juntas ante el Sagrario, en oración. Dios sin mover sus manos divinas, crea y conserva toda la creación. Vuestras manos juntas, en oración, conservan y salvan el mundo, y crean el mundo sublime de la vida de la gracia en unión con Dios. También vuestras manos en cruz, vuestras manos crucificadas, clavadas en la cruz de vuestro deber, de vuestro trabajo, de vuestro sacrificio, de la pureza. Manos como las de Cristo, abiertas en caridad, sujetas por la pureza, el amor, el deber.

¡Ah, sí, también con la espada! La espada erecta y noble del servicio a la verdad. De una verdad combatida por las fuerzas del mal, desde el primer momento de la vida del hombre sobre la tierra. Por eso es milicia su vida sobre la tierra, y su sueño ha de ser una vela junto a las espadas. Los enemigos visibles e invisibles que rodean nuestros ocios y nuestros pasos. Ahí están las herejías, la soberbia humanista, el erotismo que esclaviza. Los de siempre, los humos del mundo, del demonio y de la carne. Manos que tengan bien asidos los puños de las espadas. Manos que empuñen para el combate diario el Rosario invencible de María, la que aplasta la cabeza de las herejías, la que vence al diablo con su humildad de esclava de Dios, la Inmaculada y siempre pura, por encima de todas las pestilencias de la carne.

Manos que se agitan mientras levantan ramos de palmas. Son las palmas del martirio batidas por manos de hombres y mujeres que han derramado su sangre por la fe. No, el enemigo no ha vencido. Ellos han vencido con las palmas en sus manos. Y junto a ellas, las manos con las velas encendidas, en oblación a Dios, en fe y en amor.

Así os quiero, así sueño vuestras manos. Puras en el deber, en la cruz, con el rosario, con la espada, con la palma del martirio, con la luz de Cristo. Ojalá sea así toda nuestra Asociación. Jóvenes llamados a lo grande y santo. Y en medio de ellos las manos ungidas de sacerdotes, las manos traspasadas por la mística unción de la consagración religiosa, la virginidad, el amor indiviso.

Rvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 47, febrero de 1981

Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen XXX: Motivos de la perfecta consagración a la Santísima Virgen

30 martes Jul 2013

Posted by manuelmartinezcano in Uncategorized

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consagración, maría, perfecta, santísima virgen, virgen

Parte Segunda

DE LA DEVOCIÓN MÁS EXCELENTE
A LA SANTÍSIMA VIRGEN

Motivos de esta perfecta consagración

156. ¿Por qué creéis que Jesucristo vivió tan poco sobre la tierra, y que los pocos años que pasó en este mundo los pasó casi todos en la sumisión y en la obediencia a su Madre? ¡Ah! Es que, a pesar de haber llegado pronto a su término, vivió largo tiempo y más que aquel cuyas pérdidas vino a reparar, por más que Adán viviera más de novecientos años. Jesucristo vivió largo tiempo porque siempre estuvo sometido a su Santísima Madre, por obedecer en Ella a Dios su Eterno Padre; porque el que honra a su Madre se parece a un hombre que atesora, dice el Espíritu Santo; es decir, que el que honra a su Madre hasta someterse a Ella, a obedecerla en todo, prontamente se hará rico: porque acumula tesoros todos los días por el secreto de esta piedra filosofal: Quien honra a la Madre es como si atesorara (Ecclo. 3,5); porque en el seno de María, que ha cercado y engendrado un hombre perfecto, y que ha tenido la capacidad de contener a Aquel que lodo el universo no es capaz de comprender ni contener, en el seno de María, repito, es en donde los jóvenes se hacen ancianos consumados en luz, en santidad, en experiencia y en sabiduría, y en pocos años llegan hasta la plenitud de la edad de Jesucristo (Ps. 91,11; Ierem. 31,22).

157. 3.º Esta devoción a la Santísima Virgen es un camino perfecto para ir y unirse a Jesucristo, toda vez que la divina María es la más perfecta y la más santa de las puras criaturas, y que Jesucristo que vino perfectamente a nosotros, no tomó otro camino para su grande y admirable viaje.
El Altísimo, el Incomprensible, el Inaccesible, El que es, ha querido venir a nosotros, pequeños gusanos de la tierra que nada somos. ¿Cómo se ha obrado esto? El Altísimo ha descendido perfecta y divinamente por María hasta nosotros sin perder nada de su divinidad y de su santidad, y por María deben los más pequeños subir perfecta y divinamente al Altísimo sin temor alguno. El lncomprensible se ha dejado comprender y contener perfectamente por María, sin perder nada de su inmensidad, y por esta humilde Virgen debemos nosotros dejarnos conducir hacia Dios perfectamente, sin reserva alguna. El lnaccesible se ha acercado a nosotros, se ha unido estrechamente, perfectamente y aun personalmente a nuestra humanidad por María, sin perder nada de Su Majestad; también por María podemos acercarnos a Dios y unirnos a Su Majestad perfecta y estrechamente sin temor de ser rechazados. En fin, Aquel que es, ha querido venir a lo que no es, y hacer que lo que no es llegue a ser Dios en Aquel que es, y lo ha hecho perfectamente entregándose y sometiéndose enteramente a la humilde Virgen María, sin cesar de ser en el tiempo Aquel que es por toda la eternidad; asimismo, pues, por María, aunque nada seamos, podemos hacernos semejantes a Dios, por la gracia y la gloria, entregándonos a Ella tan perfecta y enteramente que no seamos nada en nosotros mismos, y seamos todo en Ella, sin temor de extraviarnos.

158. Aunque se me trazara un camino nuevo para ir a Jesucristo, y supongamos que este camino estuviera enlosado con todos los méritos de los bienaventurados, adornado con todas sus virtudes heroicas, alumbrado y hermoseado con todas las luces y bellezas de los ángeles, y que todos los ángeles y santos estuvieran en él para conducir, defender y sostener a aquellos y aquellas que quisieran andar por él; yo me atrevo a afirmar de todas veras, y sé que digo la verdad, que, antes que ir por este camino tan perfecto, yo preferiría ir por el camino inmaculado de María: vía o camino sin mancha ni suciedad, sin pecado original ni actual, sin sombras ni tinieblas; y si mi amable Jesús con toda su gloria viene otra vez al mundo (como es cierto que ha de venir) para reinar en él, no escogerá otro camino para su viaje más que el de la divina María, por el cual tan segura y perfectamente ha venido la vez primera. La diferencia que habrá entre una y otra venida es que la primera fue secreta y oculta y la segunda será gloriosa y resplandeciente; pero las dos perfectas, porque las dos quedarán realizadas por María. ¡Ah! He aquí un misterio que no se comprende todavía: Enmudezca aquí toda lengua.

159. 4.º Esta devoción a la Santísima Virgen es un camino seguro para ir a Jesucristo y adquirir la perfección uniéndose a El.
1. Porque esta práctica que enseño, no es nueva; es tan antigua, que no se pueden marcar sus principios, como dice M. Boudon (muerto en olor de santidad) en un libro que escribió acerca de esta devoción; es cierto, sin embargo, que hace más de setecientos años se encuentran vestigios de ella en la Iglesia. San Odilón, abad de Cluny, que vivía por los años 1040, ha sido uno de los primeros que la practicaron públicamente en Francia, como se consigna en su vida.
El Cardenal Pedro Damiano refiere que el año 1036, el bienaventurado Marín, su hermano, se hizo esclavo de la Santísima Virgen, en presencia de su director, de una manera muy edificante, poniéndose una cuerda al cuello, tomando la disciplina y poniendo sobre el altar una suma de dinero como señal de su rendimiento y de la consagración a esta augusta Soberana. Y continuó tan fielmente toda su vida la práctica de esta devoción, que mereció a su muerte ser visitado y consolado por la Señora, y recibir de sus labios la promesa del Paraíso en recompensa de sus servicios. Cesáreo Bolando hace mención de un ilustre caballero, Vautier de Birbac, que hacia el año 1500 hizo esta consagración de sí mismo a la Santísima Virgen. Esta devoción ha sido practicada por muchos particulares hasta el siglo XVII, en que se hizo pública.

 

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