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amor sin medida, campamentos, José María Alba Cereceda, Meridiano católico nº42, Papa, página para meditar, peregrinación a Roma, S.I, septiembre de 1980
Después de los campamentos en los que una vez más hemos experimentado el amor sin medida del Señor para con
nosotros, y de todas las actividades del verano, la vida de nuestra Asociación se ha llenado toda con la memorable peregrinación a Roma. Una peregrinación de la que guardaréis recuerdo toda vuestra vida: desde las visitas a las Basílicas y a los lugares sagrados, y la solemne audiencia con el Santo Padre, hasta el dormir, al estilo de los viejos romeros en un pajar, contemplando las estrellas. En sucesivas ocasiones os iré glosando los distintos aspectos de la peregrinación. Hoy quiero centrar vuestra atención en las palabras que os dirigió el Santo Padre.
El Papa dice que el recuerdo de vuestro encuentro con él os estimule. Debéis recordar este día de vuestra visita al Papa, con frecuencia, a diario, para estimularnos, como se estimulan las almas generosas al recordar los beneficios de las personas amadas, para corresponder a ese amor más y mejor. Estáis llamados a más. No se trata de ser buenos como pide el mundo, que pide bien poco. Estáis llamados a mayor generosidad, a mayor grandeza, a más honda vida cristiana. Este año de nuestra peregrinación a Roma, este año de la ordenación de dos sacerdotes de nuestra Asociación y de la entrada de una de vosotras en el Monasterio de Tiana como carmelita descalza, ha de ser punto de partida a una mayor entrega, que ha de traducirse en vocaciones sacerdotales, religiosas y a la virginidad en medio del mundo, y en todos nosotros en una vida de más oración, apostolado y vida interior.
Pero además el Papa nos llama a un serio compromiso de vivir la fe cristiana. Vivir significa dar manifestación exterior de vida cristiana en lo familiar, social y propias obligaciones para cumplir con la palabra de Nuestro Señor de que los hombres vean nuestras buenas obras y glorifiquen a Dios Padre. Vivir la fe cristiana sin recortes y falsas prudencias, con alegría y con gozo, porque sólo hay verdadera felicidad en el servicio de Dios. Ser apóstoles de la alegría, de la paz, del amor, sin cansancios, sin empequeñecernos por las ruindades y bajezas del mundo y las miserias de los hombres. Nuestra Asociación ha de aspirar a vivir con perfección los deseos del Papa, que es lo que hoy nos pide Jesucristo. Estímulo, entrega, alegría, paz, caridad, apostolado. Dichosos de nosotros si cada día tenemos delante de los ojos ese ideal a que nos llama Jesucristo por boca de su Vicario en la tierra.
Rvdo. P. José María Alba Cereceda, S.I.
Meridiano Católico Nº 42, septiembre de 1980
Niñas y niños,
venid con nosotros
a las Colonias del Padre Alba.
Sana diversión, santa formación.
Del 4 al 14 de julio.
Chicas y chicos,
venid con nosotros
a los Campamentos del Padre Alba.
Sana diversión y santa formación.
Del 29 de julio al 11 de agosto.

