Una amable lectora catalana, por más señas gerundense, me ha enviado la entrevista que Josep Miró i Ardévol concedió a la Vanguardia, hace unos años. Este buen hombre fue Consejero de Agricultura y asesor de Pujol y uno de los fundadores de Convergencia y Unión. Se declara nacionalista catalán y católico practicante. Para a defender el cristianismo en la vida pública, ha fundado E-Cristians.
La entrevista se inicia con la siguiente pregunta:
-¿Qué pide usted?
-Repuesta: Que la conciencia cristiana tenga una presencia clara en el espacio público.
-¿Una teocracia?
-¡No!: eso es una tentación que los católicos ya superamos.
-¿Recuerda usted que el franquismo incorporó el dogma católico en su gestión política?
-Aquí el poder político se disfrazó de Iglesia. No esa Iglesia. Yo me enfrenté a Franco.
-¿Pero entre un católico tiránico y un ateo democrático; a quien prefiere?
-A quien respete la libertad.
-Al ateo, pues?
-Al democrático; es que la libertad es el concepto fundamental, central del cristianismo. Si niegas la libertad, no eres católico; por eso Franco no era católico realmente.
-Ni muchos obispos en tal caso.
-Un obispo puede también ser un chorizo.
Estas últimas palabras del nuevo líder cristiano lo retrata casualmente. Me vienen a la mente aquellas palabras de la Sagrada Escritura de que el número de los necios es infinito. ¡Necios!, les dijo varias veces Jesucristo a los fariseos. El Generalísimo fue un católico extraordinario, un santo de nuestros tiempos. A la hora de su muerte, todos los obispos diocesanos de España, alabaron su ejemplaridad de vida, su amor a la Iglesia, la inspiración cristiana de su Régimen político. Así lo publicaron en sus Boletines Oficiales: Franco en su tiempo secundó criterios y deseos de la Iglesia. Actitud laudable en un católico. Cuando algunos tratan de descalificar a Franco por esos criterios, a quien descalifican es a la misma Iglesia. (Monseñor José Guerra Campos).
Un catalán como usted, señor Ardévol, el Cardenal Gomá, Arzobispo Primado de España, en sus informes secretos a la Santa Sede -a los que han tenido acceso los historiadores- asegura, ya en los primeros meses de la última Cruzada –octubre y diciembre de 1936- que entre los directores del Alzamiento Nacional quien tenía mejores antecedentes en cuanto a espíritu religioso cristiano era el: Generalísimo Franco, católico práctico de toda la vida. Me consta reza todos los días el santo rosario…con manifestaciones de catolicismo acentuado. Tiene arraigados sentimientos religiosos, cumple como buen cristiano con los preceptos de la Iglesia. Franco cuenta con la adhesión de todo el pueblo católico. La opinión pública ha considerado esta guerra como verdadera Cruzada. La Jerarquía se ha adherido entusiasta…al Movimiento, que ha considerado como una verdadera Cruzada en pro de la religión.
Otro Cardenal catalán, Pla y Deniel, también Primado de España y uno de los sabios y prudentes del Evangelio escribió en 1945: Ni ha habido ni hay servidumbre por parte de la Jerarquía eclesiástica española(…) Una Iglesia sujeta al poder civil, de él dependiente, no puede ser la verdadera Iglesia fundada por Cristo. La Iglesia que apoya al Estado…es una Iglesia libre. Hemos de reconocer que un general, desde hace muchos siglos, no había reconocido tanto teórica y prácticamente la independencia de la Iglesia como lo ha hecho el actual Gobierno. Y después de la muerte del Generalísimo, ¿qué dijeron de él los prelados catalanes? ¡Asombroso hombre! Estas son palabras del Cardenal Jubany: Hemos constatado su gran espíritu político y hemos admirado su total dedicación al servicio de España. Ahora el alma de este egregio difunto ha traspasado ya los umbrales de la eternidad, llevando consigo el gran bagaje de su trabajo, de sus solicitudes, de sus esfuerzos, de sus decisiones, de sus actos, muchos de ellos de gran transcendencia histórica para el país.
El Obispo de la Seu de Urgel, Monseñor Martí i Alanis dijo: Franco en todo momento, buscó el loable esfuerzo, la paz y la justicia para su pueblo y por ello brota espontánea la oración del pueblo para él. Franco ha sido un ejemplo de la fe cristiana que se glorió de proclamar en todo momento y hasta el final de su vida, haciendo profesión de ello de forma clara y explícita en sus últimos momentos.
Monseñor Camprodón Rovira obispo de Gerona: Franco desde su responsabilidad le ha prestado un alto servicio a la patria.
Josep Miró i Ardévol: La libertad sin verdad se convierte en un estercolero de mentiras, difamaciones y calumnias. Lo estamos viendo. Hay grandísima obligación de reparar.
P. Manuel Martínez Cano, mCR
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