Los retontolones de siempre y ecologistas de toda la vida, levantaron un gran escándalo en los medios de comunicación social contra un concejal del pueblecito de Torá, provincia de Lérida y diócesis de Solsona, porque mató a un perro vagabundo que se había convertido en un auténtico peligro para los vecinos; sobre todo para niños y ancianos. Las cosas llegaron hasta el extremo de pedir responsabilidades políticas y acciones judiciales contra el concejal. La barbarie de Torá, así lo calificaron los defensores de la vida de los perros.

¿Cómo puede ser que tengamos entrañas y pidamos caridad para un perro y no las tengamos para un niño no nacido?

 Nosotros estamos con el Magisterio de la Iglesia. Sin la ley de Dios, se puede hacer todo el mal que se quiera o diga una sospechosa mayoría. Sin la ley de Dios, se puede asesinar a los perros fascistas como lo hicieron los comunistas para imponer su ideología antihumana y anticristiana: más de cien millones de personas inocentes asesinadas para apoderarse de sus bienes. Y unos diez millones de perros inferiores fueron asesinados por los nacionalsocialistas alemanes, los nazis. Siguiendo la misma ideología satánica, los demócratas actuales, se jactan de haber asesinado a mil millones de niños y niñas inocentes, con la ley democrática del aborto en la mano.

Lo he pensado muchas veces y siempre llego a la misma conclusión: el aborto, el asesinato de personas inocentes, es satánico. Jesús le dice a San Pedro: Apártate de mí, Satanás, tú me sirves de escándalo, porque no sientes las cosas de Dios, sino las de los hombres (Mt 16, 23).

De nosotros también puede decir Cristo lo que dijo de sus contemporáneos: Esta generación malvada y adúltera (Mt 16, 4); Oh generación incrédula y perversa (Mt 17, 17). A los escribas y fariseos les dijo: serpientes, raza de víboras (Mateo 23, 23). Seis veces les dice Cristo a los fariseos: ¡Ay de vosotros!, escribas y fariseos e hipócritas y otras tantas que son ciegos guías de ciegos (Mt 23,13-33).

Hipócritas: todos tienen derecho a la vida, dicen vuestras constituciones. Generación perversa: dejad que los niños y niñas inocentes nazcan y sean bautizados.

Serpientes, razas de víboras, ¿cómo escaparéis al juicio de la condenación eterna? (…) Yo os envío profetas, sabios y escribas, y a unos los matasteis y los crucificasteis, a otros los azotasteis en vuestras sinagogas y los perseguisteis de ciudad en ciudad, para que caiga sobre vosotros la sangre inocente derramada sobre la tierra desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, a quien matasteis entre el templo y el altar (Mt 23, 33-35). Son palabras de Nuestro Señor Jesucristo y de Dios nadie se burla. La sangre de los niños inocentes asesinados en las clínicas y hospitales abortivos democráticos caerá sobre los culpables infaliblemente. Dios condena al infierno a los que mueren en pecado mortal.

Madre del Amor Hermoso, Virgen Santísima, llévate a los niños abortados al Cielo. Madre de los pecadores arrepentidos, intercede por nuestra generación impía y perversa.

P. Manuel Martínez Cano, mCR

** CADA MIÉRCOLES, DÍA DE SAN JOSÉ, DIOS MEDIANTE, SON PUBLICADOS NUEVOS ARTÍCULOS **