PagolaUn católico piadosísimo y apostólico, que lleva más de diez años editando un díptico a todo color de las devociones de la Misericordia Divina y las tres Ave Marías, que reparte gratuitamente, sencillo obrero y padre de dos hijos que fueron alumnos míos, me ha entregado 21 artículos de José Antonio Pagola, editados por Red evangelizadora de Buenas Noticias entre los años 2009-2010. Sólo he leído un artículo, no puedo perder el tiempo. Dice Pagola: Ven Espíritu de la Verdad y haznos caminar en la verdad de Jesús. Sin tu luz y tu guía, nunca nos liberaremos de nuestros errores y mentiras.

Nunca mejor dicho: fabricante de errores y quién sabe si mentiroso.

He pedido información acerca de Pagola y un buen sacerdote me ha proporcionado dos estudios de dos prestigiosos teólogos españoles sobre el libro Jesús, aproximación histórica, del endiablado teólogo. Pagola nació en Añorga, Guipúzcoa en 1937, sacerdote diocesano de la diócesis de San Sebastián, fue profesor de la Facultad Teológica del Norte de España (sede de Vitoria). Con Monseñor Setién fue muchos años Vicario General y algunos años Rector del Seminario. Con Monseñor Juan María Uriarte, fue director del Instituto de Teología y Pastoral.

De los treinta y tres folios de los dos estudios sobre el libro de Pagola, traslado aquí algunos errores y mentiras del falso teólogo: Pagola, a través de esta aproximación histórica a Jesús difunde innumerables doctrinas de teología dogmática y moral, que ha fundamentado en el libre examen de las Escrituras y que son inconciliables con la fe católica. La aproximación histórica del libro que ahora examinamos no nos muestra el verdadero rostro de Jesús, sino el rostro de don José Antonio Pagola. Debemos reconocer que tiene Pagola una buena razón para no ayudarse de la Iglesia en su investigación histórica sobre Jesús. Y es que no cree en ella. No cree, se entiende, según la fe católica.

Pagola, en su aproximación histórica a Jesús, niega la Virginidad de María.

Para el endiablado teólogo, Jesús es un hombre, muy perfectamente unido a Dios por el amor y la fidelidad, pero un hombre. El Jesús de Pagola no es el de la fe Católica. No se molesta en referir los milagros de Jesús. Piensa, al parecer, que ya el propio lector, sin su asepsia, se dará perfecta cuenta de que se trata de ficciones literarias que expresan una teología primitiva.

La Iglesia católica ha enseñado siempre que El misterio de la resurrección de Cristo es un acontecimiento real que tuvo manifestaciones históricamente comprobadas como lo atestigua el Nuevo Testamento (catecismo de la Iglesia, nº 639). Se refiere al sepulcro vacío (640) y a las apariciones del Resucitado (641-644).Pero Pagola no cree ni en lo uno ni en las otras. Niega la continuidad del cuerpo crucificado y muerto y el resucitado. Para él las apariciones son unas meras experiencias espirituales.

El libro de Pagola sobre Jesús hace presentes, con un lenguaje muy elocuente, pedagógico y permisivo, errores ya muy antiguos, condenados por la Iglesia. Son muy pocas las personas que leen un libro de 542 páginas. Pues bien, la peligrosidad de las doctrinas de Pagola está en sus frecuentes artículos en diarios y revistas, en varias páginas de Internet, en conferencias. Por esta vía principalmente es como llega a difundir sus errores a muchísimas personas, que nunca leerán su libro Jesús, aunque quizás lo tengan. Este es un dato que debe ser considerado.

A Dios Nuestro Señor y a todos nuestros Obispos, que, fieles a la verdad, promueven la fe católica y apostólica, les pedimos que libren al pueblo cristiano de las tinieblas del error y que lo guarden en el esplendor de la verdad católica. (José María Iraburu, 30 de Diciembre de 2007)

Para el endiablado Pagola, Satán es un símbolo del mal: la personificación de este mundo hostil que trabaja contra Dios y contra el ser humano. Monseñor José Pico Pavés, director del secretariado Comisión Episcopal para la doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española, recientemente consagrado obispo auxiliar de la diócesis de Getafe, dijo de Pagola: Este modo de proceder es mucho más dañino que el disenso abierto, pues no se trata de la negación de tal o cual aspecto, sino de la deslegitimación total de la enseñanza de la Iglesia al carecer-según el autor- de enraizamiento en Jesús y en la historia. Pagola no niega esa enseñanza pero la muestra, de hecho, infundada. Esta investigación es expresión de su trabajo para lograr la “conversión de la Iglesia a Jesús” (p.468).

Al libro de José Antonio Pagola cuadran bien las palabras que emplea San Irineo de Lyon, hablando de los que siembran el error con bellas palabras: dicen cosas semejantes a nosotros, pero piensan de forma diferente (Adv. Haer. 1, Praef. 2: SCh 264,22).

P. Manuel Martínez Cano, mCR 

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