FRANCISCO JOSÉ FERNÁNDEZ DE LA CIGOÑA
Afirmo, firmo, confirmo y lo que haga falta, que De la Cigoña ni es pelagiano, ni tiene cara de pepinillo en vinagre, que ha rezado muchísimos rosarios, pero no es contador de rosarios, ni nostálgico de naderías muertas, ni hermenéutico de la conspiración, ni lindezas semejantes.
Paco Pepe es católico, apostólico, romano, devotísimo de María Santísima, valiente defensor de la Iglesia de Cristo, español de pro, esposo, padre, suegro y abuelo como Dios manda. Y mi amigo.
Lo que pasa es que el humo de Satanás que ha penetrado en la Iglesia, como afirmó el beato Pablo VI, se ha convertido en enormes hogueras infernales que envuelven a nuestra santa madre Iglesia por el norte, el sur, el este, el oeste, por los cuatro costados, por las periferias, por el centro, por las alturas.
Que Dios te bendiga, amigo y hermano en Cristo. La Virgen te cobije bajo su manto.
¡Viva Cristo Rey!, ¡Viva María Reina!, ¡Viva la Iglesia Católica!, ¡Viva España!
TODO ESTÁ PODRIDO
Me dicen unos jóvenes: “¡Todo está podrido!”. –No todo, contesto. Es verdad que los democratistas quieren hacernos creer que son todopoderosos. No lo son. Hacen caca y pipi, como todos los mortales.
En mis idas y venidas, veo mucha inocencia, pureza y belleza en los ojos de chicos y chicas. Y hay muchos santos y santas en conventos, misiones, hospitales. Conozco sacerdotes verdaderamente santos. Y Cristo está con nosotros en la Eucaristía. Y nos manda a evangelizar por todo el mundo. Manos a la obra.
DIOSA DEMOCRACIA
El hombre coetáneo se imagina que dios es el Estado y la diosa la Democracia, la madre diosa de todos los dioses. La imaginación es así: “una loca”, como dice santa Teresa de Jesús. Y, como la imaginación está en el poder, como querían los revolucionarios anticatólicos del 68, está volviendo locos a los ciudadanos y cretinezando al pueblo. A nuestro pueblo, a la nación que más gloria a dado a Dios, España.
Dios castiga a los pueblos en la Historia. A los ciudadanos que mueren en pecado mortal, en el infierno eterno.
MISERICORDIA Y JUSTICIA
Dios no el Dios vivo y eterno si no es infinitamente misericordioso e infinitamente justo. Así se ha revelado Él mismo en la Sagrada Escritura y en la Tradición divina.
La misericordia no prescinde de la justicia, es su plenitud. Santo Tomás, dice: “Cuando Dios usa misericordia, no obra contra justicia sino que hace algo que está por encima de la justicia”.
Cuando Dios premia a los buenos y castiga a los malos – como aprendimos en el catecismo – obra justamente. Cuando Dios condena a uno al infierno – “id malditos al fuego eterno”, dijo Cristo – no comete ninguna injusticia. Más aún, aplica su misericordia al condenado, que sufre menos de lo que merecen sus pecados.
San Anselmo, dirigiéndose a Dios, dice: “castigas justamente y perdonas justamente, sin que haya en Ti contradicción”.
CRÍMENES DEMOCRÁTICOS
En pocos años de historia la democracia moderna, cercana y periférica, ha cometido más crímenes abominables que todos los sistemas políticos, ateos y antiteos de la Historia.
He leído que un arzobispo, hablando de la democracia, ha dicho que siempre es mejor contar votos que cabezas. Señores; La democracia está degollando y triturando millones de cabezas infantiles con aplauso democrático general; y en el ataque sistemático contra la Iglesia de Cristo, los mismos aplausos.
PAGANOS
Hablaba con una joven pagana, que no sabía nada de religión católica. Hace preguntas inteligentes y sinceras.
Cambiando de tercio, me dice espontáneamente: ¿Por qué algunas personas le besan la mano? – Están consagradas a Dios. Se lo explico.
¿Me permite que se la bese yo? – Claro que sí. Besa la mano y muy sonriente, me dice ¡gracias, padre!, ¡estoy muy contenta!
EVA Y LAS MUJERES
“Parirás con dolor”, dijo Dios a Eva. Al principio, no era voluntad de Dios que sufriera la mujer a dar a luz. El pecado de desobediencia a Dios introdujo el dolor y el sufrimiento en los hijos de Adán y Eva.
El diablo engañó a Eva. Innumerables mujeres son engañadas hoy por el mismo diablo. Mujeres obedeced a Dios. Despreciad al diablo. Sed madres fecundas, esposas cariñosas y, como María Santísima, Reina de los hogares. Seréis muy felices en la tierra y eternamente en el Cielo.