ciencia y feManuel Mª Domenech Izquierdo

PRIMERA PARTE, CRÍTICA DE LA RAZÓN FALSA

La confusión de la imagen con la idea

El Abuso de la Imaginación

Todos los que se pierden alejándose de la verdad, se equivocan por utilizar mal sus facultades de conocer. La más primitiva y burda de estas equivocaciones es la confusión de la imaginación y la inteligencia. Es propia de las más antiguas filosofías: “Demócrito, como los antiguos materialistas, no establecieron diferencia ent.re el entendimiento y el sentido”. (1) Dice San Agustín contra Fausto: “Vosotros, los maniqueos, con este vuestro corazón, incapaz de pensar nada fuera de las imágenes corporales, no alcanzáis a entender”. (2) Santo Tomás nos advierte de que la causa de error está en esto: “cuando alguien toma las imágenes como si fueran las mismas cosas incurre en falsedad”. (3) “Entre nosotros, las equivocaciones provienen precisamente de la fantasía, que nos impulsa a adherirnos a las imágenes de las cosas como si fueran realidades”. (4)

El pensamiento contemporáneo no está libre de esa confusión. Es muy frecuente que en el momento en que un joven comienza sus balbuceos filosóficos.1 leyendo un libro de divulgacióncientífica.1 o escuchando a un profesor vulgar, se encuentre con una frase como ésta: “Todo está formado por átomos y éstos por partículas que llevan carga positiva, negativa o neutra”. Sigue después un dibujo y, como una imagen vale más que mil palabras, el lector o los alumnos se imaginan la verdadera realidad de las cosas como aquello que ven en la figura, y dan más fe a esa imagen arbitraria del dibujante o profesor, que a las imágenes y colores que, a partir de entonces, verán con sus propios ojos.

Este es el primer paso para alejarse de la verdad sin posible retorno, porque simultáneamente se le enseñará al lector o al alumno que puede empezar a criticarlo todo: al Papa, a la Iglesia., el Dogma, las verdades que aprendió en el Catecismo, las opiniones de sus padres. Todo, sí, excepto la figura que acaba de ver en el libro o la pizarra. ¡Ay de aquel que, proteste diciendo que no entiende la estupidez que acaba de oír! Será suspendido, no sirve para la técnica. Cuando sea mayor, será un despreciable desgraciado, no apto para trabajos cualificados.

Las mentes jóvenes que asimilan estas teorías pseudocientíficas, quedan esterilizadas filosóficamente porque las imágenes que se toman como la realidad de la cosa se reducen a estos dos esquemas: o todo consiste en los corpúsculos de Demócrito, burda mezcla del monismo estático de Parménides con el vacío, como solución para posibilitar el movimiento; o todo son las ondas, que recuerdan el fluir sin sujeto, propio de Heráclito. Esto último se cumple en las teorías electromagnéticas que presentan los campos eléctrico y magnético, como efecto, cada uno, del movimiento del otro sin verdadero su jeto real del movimiento. “

El Padre Ramón Orlandis S.J. (5) decía que las dos únicas posibles salidas erróneas para el que no quisiera entender la doctrina de Aristóteles y Santo Tomás, del acto participado por la potencia, eran el monismo estático de Parménides o el dinamismo de Heráclito, es decir las concepciones que se fomentan actualmente con las teorías de las partículas y las de las ondas.

Todo esto, no sólo hace daño a la mente en su filosofar, sino que además resulta que tampoco es bueno para la formación profesional que se pretende dar. Se dice que al terminar una carrera técnica no se sabe nada. Esto se debe a que al empezar la enseñanza de la física se introducen las leyes y magnitudes como la masa, la carga eléctrica, la ecuación de la dinámica. etc., abstraídas de experiencias que se ocultan al alumno. Sin hacerle revivir el conjunto de fenómenos de los que se abstraen dichas leyes y magnitudes, se aleja al joven de la realidad y se le lesiona la facultad de volver a los cimientos de la ciencia. Esto es muy peligroso, pues queda sumergido en un mundo soñado de imágenes ficticias que luego conduce al materialismo.

Como de las teorías matemáticas y fisicomatemáticas no se deduce la realidad, sino más bien al contrario, de esta realidad se abstraen las relaciones cuantitativas que constituyen las leyes físicas, es necesario que el alumno palpe y observe de nuevo los fenómenos naturales, hasta asimilar completamente las experiencias que permiten abstraer dichas leyes.

La lectura de los experimentos físicos descritos en los libros, no es suficiente para ponerse en contacto con la naturaleza, pues la interpretación de una ley física requiere el conocimiento del objeto sobre el que hay que hacer la medida y cómo hay que hacerla. La descripción de estos experimentos se hace con figuras que tienen más de la imaginación del dibujante, que está ya mediatizada por las simplificaciones procedentes de las abstracciones matemáticas, que de la realidad, y esto aleja del fenómeno natural. Pero, por la comodidad que supone no penetrar hasta el fondo de las cosas, muchos profesores comienzan sus explicaciones exponiendo, ya al principio, el modelo fisicomatemático imaginado. Las prácticas de laboratorio en las carreras técnicas se alejan de los experimentos fundamentales que sirven para establecer las bases de la fisicomatemática, y se limitan a realizaciones técnicas e industriales. Así el alejamiento de la naturaleza será cada vez mayor.

“Es necesario que la juventud sea un ‘crecimiento’. Para ello es de enorme importancia el contacto con el mundo visible, con la naturaleza. Esta relación nos enriquece durante la juventud de modo distinto al de la ciencia sobre el mundo ‘sacada de los libros’. Nos enriquece de manera directa. Se podría decir que, permaneciendo en contacto con la naturaleza, nosotros asumimos en nuestra existencia humana el misterio mismo de la creación, que se abre ante nosotros con inaudita riqueza y variedad de seres visibles, y al mismo tiempo invita constantemente hacia lo que está escondido, que es invisible”. (6)

Lo primero que debería enseñarse al alumno es la génesis de la actividad fisicomatemática. Así aumentaría el número de físicos capaces de producir nueva fisicomat.emática, de hacer pr:ogresar las ciencias, en vez de quedar sus mentes ahogadas por la ciencia siempre antigua.

(1) Suma Teológica I q84 a6

(2) Suma Teológica In q31 a4 s2

(3) Suma Teológica 1q17 a2 s2

(4) Suma Teológica I q54 a5 s

(5) El P. Ramón Orlandis S.J. es el fundador de la Escuela Tomista de Barcelona. Puede verse un resumen de su actividad en el artículo de Eudaldo Forment aparecido en el número 268 de la revista “Verbo” p. 1119.

(6) “Carta apostólica del Papa a la juventud”. JUAN PABLO II, 31 de marzo, Domingo de Ramos de 1985. nº 14.