Manuel Martínez Cano, mCR
16 de noviembre de 1991
Fuimos a Czestochowa a ver al Papa. Nos acompañaba una joven polaca que regresaba a Polonia después de haber participado en Madrid en un cursillo de perfeccionamiento del español, programado y financiado por el Gobierno. Muy escandalizada, nos decía que no comprendía la actitud de los profesores españoles que aprovechaban cualquier ocasión para hablar mal de Franco. En una clase no pudo aguantar más y, tomando la palabra, les dijo: «pues para mí Franco es un héroe. Ustedes no saben lo que es el comunismo; yo he nacido y vivido toda mi vida bajo la tiranía comunista. Yo sé sus mentiras, sus injusticias, sus atrocidades y sus crímenes. Ustedes deben estar agradecidos eternamente a Franco, porque les libró de la esclavitud comunista».