Marcelino Menéndez y Pelayo
Cultura Española, Madrid, 1941
- Dela tierra catalana
- a) La que Dios no bendijo
Cataluña y Provenza estaban por sus orígenes íntimamente enlazadas. Juntas formaron parte del primitivo reino visigodo. Juntas entraron en la unidad del imperio franco. Juntas lograron, bajo los débiles sucesores de Carlo Magno, independencia de hecho y positiva autonomía. La corrupción de la lengua latina se verifico en ambas de análogo modo. Los enlaces matrimoniales, los pactos y alianzas contribuyeron a estrechar más las relaciones entre ambos pueblos, y bien puede decirse que los dos formaron uno solo, desde el casamiento de Ramón Berenguer III con la condesa doña Dulcia (año 1112), hasta los tiempos de D. Jaime el Conquistador, en que la incipiente e nacionalidad catalano-meridional, que Dios no bendijo, según la enérgica expresión de Milá, quedó definitivamente rota, abriendo paso a la gloriosa nacionalidad catalano-aragonesa, detenida hasta entonces en su progreso por la atención preferente que sus monarcas concedían a las cuestiones de sus vasallos del otro lado del Pirineo (1). Sigue leyendo →