La politiquería proclama la igualdad de los hombres. La realidad nos dice que no hay dos personas iguales. Sólo somos iguales ante Dios.
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La democracia es fundamentalista. Por arbitraria: «sólo nosotros». Y por violenta: derecho al aborto.
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Yo lo veo así: las ideologías políticas modernas tienen como fin la subordinación de la Iglesia al Estado.
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Buscar por buscar, perder el tiempo inútilmente. Busca la verdad y la encontrarás. La verdad es Cristo.
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La historia no es el «eterno retorno», que dicen los sabios de este mundo. La vida del hombre ni acaba ni vuelve, es eterna: cielo o infierno.
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Como los niños hacen colección de cromos, los sabiondos de este mundo hacen colección de ídolos. Dioses falsos que les amargan la vida.
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Hay muchos sabiondos que no aceptan la verdad revelada por Dios y al mismo tiempo están convencidos de lo que ellos dicen es verdad.
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La propaganda mediática partidista sólo encuentra eco en hombres despersonalizados.
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Hay personas con las que cuesta convivir. Si convivimos con Cristo, conviviremos mejor con el prójimo.
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«Para llegar a la unión íntima con Dios, hay que pasar por la negación total» (San Juan de la Cruz).
