El Párroco

Jesús, sol de justicia, ten misericordia de nosotros.

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No hay libertad sin razonar, sin juicio precedente.

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La Iglesia no tiene fronteras, ni periferias, es universal.

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En el alma en gracia de Dios, vive la Santísima Trinidad.

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La fe y la esperanza nos acercan a Dios. La caridad nos une a Dios.

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Decir que el «discernimiento» está por encima de la doctrina, es un acto de rebelión contra la Iglesia.

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Un discernimiento, lo haga quién lo haga, nunca será verdadero, si contradice a la doctrina de la Iglesia.

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El consumismo con causa del hambre de ochocientos millones de personas. Más que solidaridad, falta muchísima caridad.

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La política es cosa de personas prudentes, buenos, nobles. Lo otro es politiquería, negocio.

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Miles y miles de religiosas no son noticia. No tienen tiempo para los medios de comunicación. Siempre están atendiendo a sus enfermos, huérfanos, indigentes, drogadictos. Solo por amor a Dios. No cobran ni un euro.

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Jesús resucitado dijo a los Apóstoles: «palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que tengo yo». Los sectarios que luchan contra la Iglesia, no son fantasma. Son demonios y endemoniados.