La mujer
Edith Stein
Ser totalmente de Dios, entregarse a Él y a su servicio por amor, es la vocación, no sólo de algunos elegidos, sino de todo cristiano: consagrado o no, hombre o mujer… Todos son llamados a seguir a Cristo. Y cuanto más se avanza por este camino, más se hace semejante a Cristo, y puesto que Cristo personifica el ideal de la perfección humana, -libre de toda mancha, rica de caracteres masculinos y femeninos, libre de toda limitación terrenal-, sus seguidores fieles son elevados por encima de los confines naturales. Por esto encontramos en hombres santos una bondad y una ternura femenina, una solicitud verdaderamente maternal por las almas confiadas a ellos; y en mujeres santas una audacia y una disponibilidad y decisión auténticamente masculinas.
Una existencia sin esencia
En sintonía con Heidegger, pero también con Blondel, Pascal y Agustín, nuestro autor resalta que en ambas experiencias “el individuo se toma por lo que es… una existencia sin esencia”, cuya exigencia más íntima es recuperar ésta: “son dos caminos mortalmente peligrosos… pero… saludables, precisamente porque están fundados en la verdad de las cosas, en el verdadero estado actual de la individualidad. (Ana Llano Torres – RAZÓN ESPAÑOLA)
Homosexualidad y esperanza
Kronemeyer: De mis 25 años de experiencia como psicólogo clínico, creo firmemente que la homosexualidad es una respuesta aprendida a través de experiencias dolorosas a edad temprana y que puede ser des-aprendida, por aquellos homosexuales que no están felices con su estilo de vida, y que si encuentran terapia adecuada, es curable.
Exodus North America Update (puesta al día) publica una carta mensual con testimonios de hombres y mujeres que han abandonado la homosexualidad. PO Box 77652, Seattle WA 98177, USA, véanse los números de 1990 a 2000). (Asociación Médica Católica – AMCA)
Fueros
El fuero representa el reconocimiento del derecho preferente e inviolable de la persona humana y de sus asociaciones naturales de carácter territorial o institucional a ser respetadas en su intimidad y en las atribuciones que le son necesarias para el cumplimiento de sus fines privativos.
El primer fuero es el del hombre en cuanto la dignidad de su persona así lo exige, hijo de Dios, creado a su imagen y semejanza para un fin sobrenatural y para cuya defensa y protección se constituye la sociedad y el Estado. Los derechos personales del hombre son fundamento de su libertad.
Pero al hombre aislado le es muy difícil ejercitar sus derechos y cumplir sus fines y por eso, las agrupaciones que para conseguirlo realiza con otros hombres, gozan también del mismo fuero ante el Estado. Es el ejercicio del derecho de asociación, de carácter íntimo (matrimonio y familia), territorial (municipio, región) o institucional (enseñanza, trabajo, profesión, mercado, sindicato, etc.). (Comunión Tradicionalista Carlista)
Somos de Dios
Todas las criaturas deben a Dios su existencia.
Procedemos de Dios y a Él pertenecemos. Somos propiedad de Dios.
En Roma existía la costumbre marcar a los esclavos fugados cuando eran capturados con la señal de fuego de su dueño. Los hombres todos, queramos o no, llevamos la marca invisible de Dios.
La primera pregunta que se dirige a un niño extraviado es ¿de quién eres?
Nuestra respuesta es: Somos de Dios, aunque andemos extraviados.
La criatura debe reconocer este hecho pues de lo contrario asentaría su vida sobre el error; y debe obrar en consecuencia. (Jaime Solá Grané – CASTIGOS DE DIOS)
La soberanía popular es una herejía
No, afirmar que el poder viene de la llamada soberanía popular es rigurosamente herético, resultado del libre examen protestante. La Biblia enseña que el poder viene de Dios. Veámoslo: “Por mí reinan los reyes…; por mí mandan los príncipes y gobiernan los poderosos de la tierra” (Proverbios 8, 15-16). “Escuchad vosotros, los que imperáis sobre las naciones…; porque el poder os fue dado por Dios y la soberanía por el Altísimo” (Sabiduría, 6, 3-4). “Dios dio a cada nación un jefe” (Eclesiástico, 17, 4). “No tendrías poder alguno sobre Mí si no te fuera dado de lo alto” (Jesús a Pilatos) (Juan 19, 11). (Mn. José Ricart Torrens – CATECISMO SOCIAL)
Los antecedentes de los partidos
El antecedente de los partidos actuales son el tory (conservador) y el whigh (liberal), que aparecieron en Inglaterra después de la revolución puritana. Forzando lo que dice Hume acerca de ellos, cabe distinguir entre partidos de principios y partidos de intereses. Una distinción abstracta, simplificadora, ideal, útil para el análisis político. Los de principios son partidos de ideas, de tendencia aristocrática, los de intereses son partidos utilitarios, de tendencia oligárquica. Los primeros se forman en torno a principios éticos e ideas políticas sobre cómo se debe gobernar mirando al bien común del pueblo o al bien de la nación. Los segundos buscan proteger sus intereses o mejorar su posición sirviéndose del poder político. (Dalmacio Negro – VERBO)
