Papa Francisco
La propuesta cristiana es muy sencilla, pero muy decisiva y bonita, y nos da mucha esperanza. Podemos preguntarnos: ¿Soy luz para los demás? ¿Soy sal para los demás, que da sabor a la vida y la defiende de la corrupción? ¿Estoy agarrado a Jesucristo, que es el sí? ¿Me siento ungido, sellado? ¿Sé que tengo esa seguridad que llegará a ser plena en el Cielo, pero al menos es prenda, ahora, del Espíritu? En el lenguaje corriente, cuando una persona está llena de luz, decimos es una persona brillante. Y nos puede ayudar a entenderlo. Lo nuestro es más que brillante: es reflejo del Padre en Jesús en el que todas las promesas se han cumplido.
Cardenal Antonio Cañizares