Padre Cano, m.C.R.
Que los otros puedan crecer en la opinión del mundo y yo disminuir.
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El hombre no es Dios, evidentemente. Pero Dios vive en el hombre su gracia santificante.
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El multiculturismo es la desaparición de las tradiciones patrias, el eucomunismo de la confusión.
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Pues claro que hay mujeres vanidosas y hombres superficiales. Pero también los hay santas y santos.
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Un desastre nacional puede ser el revulsivo que despierte a una nación comodona, hedonista y materialista.
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Los pimpoyos del no-ser, se pasaron a la nada, después al futuro y, ahora, han caído en la cuenta que todo el mundo está equivocado.
Contracorriente 