
Publicado por manuelmartinezcano | Filed under Artículos - Contracorriente
14 miércoles Nov 2018
14 miércoles Nov 2018
Posted in Hemos leído
Pablo
Ahora veo evidentemente el juicio que merecerá mi vida de Seminario. Fui seminarista para aprender, por encima de todas las ciencias y asignaturas, el camino de la santidad, el afán de la oración, la heroica castidad, la purificadora abnegación, la alegre obediencia, el celo quemante. Toda la vida de Seminario iba dirigida a ello y al servicio de estas arras del Amor. (José Ricart Torrens, Pbro. – AVE MARÍA)
Por lo que atañe a los esfuerzos para lograr una unión constante con María, un alma mariana debe poner empeño en ello, no sólo de tiempo en tiempo, durante un mes o varios meses, sino durante toda su vida, si ha comprendido que lo que la Sagrada Escritura dice de la Sabiduría, puede decirse también de María: «con Ella me vinieron todos los bienes e incalculables riquezas por sus manos» (Sab 7, 11). (P. Ramón Olmos mCR. – AVE MARÍA)
En la parte contraria tenemos lo del diablo. El diablo cuando posee a una persona, la posesión diabólica, actúa como si dijéramos algo así -no exactamente igual ni mucho menos- como el alma dentro del cuerpo. Algo así; no exactamente igual, no. Podríamos casi decir mejor como una corriente eléctrica en una bombilla o en un motor. Es ajeno a aquel motor, pero el motor se pone en marcha. El demonio cuando ocupa a una persona hace lo mismo. Se posee de aquella persona, no le puede hacer tener mala voluntad, no ejerce poder ni sobre la inteligencia, en el sentido de hacerle hacer lo que él no quisiera, ni de la voluntad de hacerle desear o querer una cosa contraria. Si actúa, actúa él directamente moviendo a la persona como si fuese una marioneta. De suerte que es una de las maneras para conocer si hay o no verdadera posesión diabólica. (P. Francisco de Paula Solá S.J.)
Como Dios sólo habla en el silencio el ruido es un gran problema para escucharle. Por eso san Juan de la Cruz insiste: «Las ceremonias con las que Él nos enseñó a orar sólo es una de dos: o que sea en el escondrijo de nuestro retrete, donde sin bullicio y sin dar cuenta a nadie lo podemos hacer con más entero y puro corazón, según Él dijo: «Cuando tú orares entra en el retrete y, cerrada la puerta, ora» (Mt 6, 6); o si no a los desiertos solitarios, como Él lo hacía, y en el mejor y en el más quieto tiempo de la noche (Lc 6, 12)» (san Juan de la Cruz). (TRINIDAD Y LIBERACIÓN)
Por eso, las muestras de confianza o de afecto entre personas no casadas de distinto sexo no pueden depender exclusivamente de los sentimientos, sino también de la relación objetiva que exista entre ellos. Así como hay unas expresiones propias del amor entre esposos, y otras que son adecuadas entre hermanos y hermanas, así también son distintas las que resultan del simple conocimiento, o de la amistad personal, o del compromiso de contraer matrimonio. (Michele Díaz – AVE MARÍA)
Para emprender el camino del noviazgo, un tiene que sentirse enamorado. El sentirse atraído hacia alguien del sexo opuesto y el enamorarse son sólo el primer paso para llegar a conocer el verdadero amor. El enamoramiento es un sentimiento que surge espontáneamente y no puede programarse, pero no es sólo el encanto del primer encuentro y descubrimiento del otro, sino que uno se da cuenta de que está enamorado, aunque la voluntad también tiene algo que decir, porque se trata de prepararse para una entrega total y para siempre. (Pedro Trevijano, Pbro. – INFOCATÓLICA)
La esposa busca en el esposo la consolación de sus penas; y la virgen ha de acostumbrarse a buscar inmediatamente en Cristo Esposo la confortación que necesita en sus penas, que, como dice San Ignacio de Loyola, “sólo es de Dios nuestro Señor dar consolación al alma sin causa precedente”, esto es, sin mediación de criatura (Ejercicios 330). Aunque habrá veces que el mismo Señor quiera confortarle con la mediación de algún ángel (Lc 22, 43): familiar, amigo, padre espiritual. (José María Iraburu)
14 miércoles Nov 2018
Posted in Miguicas
Padre Martínez m.C.R.
* Los errores y las mentiras no unen a los hombres de bien. Sólo la verdad hace amigos a los hombres.
* Hay personas que están muy equivocadas. También las hay, que están muy endemoniadas. Oremos por todos.
* En nuestros días, a la palabra «Prudencia» debemos unir «Valentía», pues son muchos los que llaman prudencia a la cobardía.
* Si nos olvidamos de nuestros afanes de grandeza, prestigio y fama. Trabajaremos intensamente por la salvación de las almas.
* «Ninguno de los que tienen ante sus ojos el infierno caerá en él, y ninguno de los que lo desprecian escapará de él». (San Juan Crisóstomo). Vigilemos