

31 lunes Dic 2018
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in31 lunes Dic 2018
Posted Hispanoamérica. La verdad
inUna Epopeya misionera
Padre Juan Terradas Soler C. P. C. R
Devoción eucarística de los fundadores de las Américas
Acabamos de oír narrar a Pío XII cómo el piadoso corazón de Pizarro empujó al valiente conquistador a desear ser personalmente el fundador de la primera Cofradía del Santísimo Sacramento que se instituyó en Lima. ¿Fue esta ejemplar actitud esporádica en la obra americana? No; el mismo Pontífice advierte, hablando al Ecuador, que la Cofradía del Santísimo Sacramento “era la primera cosa religiosa que se establecía al fundar Sus ciudades”. Y tal observación—como atestigua la Historia— responde a lo que se realizaba en todas las comarcas del Nuevo Continente.
“La República del Ecuador se gloría de ostentar la primacía en los anales eucarísticos de América por haber sido sede del primer Congreso celebrado en el Nuevo Mundo y por haber llevado el nombre de “Tierras del Santísimo Sacramento”, cuya Cofradía era la primera casa religiosa que se establecía al fundarse sus ciudades. Y tú, ¡oh Guayaquil!, tan noble como hermosa, ¿no es cierto que tienes en más el privilegio del jubileo permanente, obtenido ya en 1776, que no el haber sido cuna del gran García Moreno, o poseer el ilustre nombre que te ha dado la laboriosidad y el ingenio de tus preclaros hijos?”
(Radiomensaje al III Congreso Eucarístico Nacional del Ecuador, 29-IX-1958.)
Cuando en los siglos pasados Jesucristo era plenamente reconocido Rey por la sociedad, los pueblos cristianos festejaban públicamente con gran esplendor al Santísimo Sacramento. Las famosas Cofradías, a las que pertenecía la flor y nata de la nobleza; las solemnes procesiones del Corpus, honradas por príncipes y magnates; los concurridos autos sacramentales en presencia del Rey; las Cuarenta Horas y otras tantas devociones populares serán la expresión de la fe y piedad de aquellas generaciones. Las artes y las letras ponían a porfía sus recursos al servicio del Dios escondido. Toda la sociedad se preciaba de honrarle.
Al agrandar España la cristiandad, trasplantando a América un esqueje del árbol de su contextura cristiana, vemos aparecer en las ciudades del Nuevo Mundo las mismas devociones públicas que florecían en Europa. Presenciar en el siglo XVI, en Méjico o en Lima, por ejemplo, las fiestas de un día del Corpus era casi como encontrarse en Toledo, en Sevilla o en Valladolid. Las calles empedradas y las señoriales plazas de estilo colonial aparecían engalanadas con gran pompa. Por todas partes, flores y colgaduras, incienso, cantos, poesías y autos sacramentales. Los hidalgos tenían a hombría desfilar, con el sombrero en la mano, ante la Hostia Santa, al frente de sus Cofradías. Delante avanzaban devotos los gremios de artesanos, los campesinos y el resto del pueblo fiel. Nobles y plebeyos, ricos y pobres, blancos, mestizos e indios, todos unidos por la devoción a un mismo Señor, llevado por el clero en riquísima custodia de oro y plata, cuajada de pedrerías.
Pío XII cita, como caso típico del esplendor con que se celebraban en América las manifestaciones eucarísticas, al Cuzco, ciudad “heredera fiel del catolicismo español”.
“Esta cuarta vez os habéis congregado en el Cuzco imperial, la ciudad que fue sede del primer Congreso Eucarístico peruano; la que ya a mediados del siglo XI—heredera fiel del católico espíritu de la Madre España—celebraba las fiestas del Corpus con una grandeza y una suntuosidad que emulaba a las de otra imperial ciudad, la histórica Toledo; la que por boca de sus mejores hijos—un Inca Garcilaso,: un Juan Espinosa, el Demóstenes indiano—supo cantar o narrar como pocas las glorias eucarísticas en páginas inmortales” (197).
(197). Garcilaso de la Vega (1540-1616), ha sido llamado “el Inca” por haber nacido del matrimonio entre el Conquistador español del mismo nombre y una princesa india. Gran historiador y prosista castellano de purísimo estilo.
Juan de Espinosa Medrano (siglo XVII), sacerdote y escritor peruano, escribía en castellano y en quechua. En esta última lengua, compuso, entre otros, el famoso drama religioso El hijo pródigo.
(Radiomensaje al IV Congreso Eucarístico Nacional del Perú, celebrado en la ciudad del Cuzco, 15-V-1949.)
31 lunes Dic 2018
Posted Mostacicas
inDon Manuel
* He oído: Después de la Constitución, la corrupción.
* La humildad no hace apocados. Hace valientes defensores de la verdad.
* En algunas ocasiones, la llamada «misericordia» puede hacer y hace mucho mal.
* Un Estado de derecho sin Ley Natural es un cuento de los bárbaros democratistas.
* Un nuevo orden mundial sin Dios, es un universo de mentiras y camino del infierno.
* Aceptar un mundo sin Dios, es una necedad. El Salmo 13, afirma: «Dice el necio, no hay Dios».
* El único humanismo verdadero es el humanismo cristiano. Dios es nuestro Padre, Jesucristo es nuestro Hermano.
30 domingo Dic 2018
Posted Artículos
in
Aunque Dios me diera cien lenguas y con ellas una voz de acero que nunca se me gastara, no fuera posible declarar y manifestar las utilidades, gracia, privilegios y grandes provechos que se ganan con asistir y oír Misa en gracia.
(San Juan Bautista Mantuano)
30 domingo Dic 2018
Posted Sintonía con la jerarquia
inDejemos aparte esa actitud, ese pecado, ese vicio que cada uno lleva dentro, para ser más coherentes y anunciar a Jesús, y la gente crea con nuestro buen ejemplo. En la Primera Lectura (Rm 10, 9-18) San Pablo explica que «la fe nace del mensaje que se escucha, y viene a través de la palabra de Cristo». Por eso es importante el anuncio del Evangelio: que Cristo nos salvó, murió y resucitó por nosotros.
El cristianismo es una novedad absoluta, porque afirma que Dios apareció en el tiempo en la persona de Cristo; y que el hombre se salva en la eternidad, pero mediante una elección que él debe hacer en el tiempo mientras esté vivo… No nos dejemos engañar por la retórica de la justicia, de los derechos y cosas similares. Son oropeles. Porque el evangelio nace en el corazón del hombre en el momento en que, la noche de Navidad, cuatro pastores sucios y malolientes se asombraron de cómo Dios se ocupaba de ellos. En ese momento nació el cristianismo… Esta es exactamente la afirmación que define en su raíz el cristianismo y distingue la fe de la incredulidad, es decir, la fe cristiana de cualquier otra fe religiosa: la fe en un Resucitado de entre los muertos. Se es cristiano cuando se acepta este anuncio…: que Jesucristo está vivo hoy entre nosotros, como persona única, irrepetible, como era antes de la muerte, en posesión ahora de una vida incorruptible.
Os animo a salir al mundo siempre desde la escuela de la Eucaristía. Salid siempre así, preguntando al Señor como los primeros discípulos: “¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?”. Y ahí, en medio de esta historia, os encontraréis con multitud de personas en situaciones muy diversas, todas ellas como la samaritana del Evangelio, con un cántaro con el que van en búsqueda de agua: niños, jóvenes, adultos, ancianos, enfermos, pobres, rotos por la vida, desalentados por falta de trabajo, deshechos por ser tratados para negocio de algunos, negados en su dignidad más sublime como es el ser imagen y semejanza de Dios, con vacíos tremendos en sus vidas que intentan llenar de formas diferentes, pero que engendran más y más vacío…
La sociedad está abandonada a la oscuridad del miedo, la tristeza y el aislamiento. No tiene nada que ofrecer excepto el vacío y la nada. Y permite la proliferación de las ideologías más locas. Una sociedad occidental sin Dios puede convertirse en la cuna de un terrorismo ético y moral más virulento y más destructivo que el terrorismo islamista. Recuerden que Jesús nos dijo: “Y no temas a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el Infierno” (Mateo 10, 28). Queridos amigos, perdónenme estas afirmaciones. Pero uno debe ser claro y realista.
Antes de concluir estas reflexiones, además de agradecer a la autora su interés por completar su obra para la edición española, quiero también manifestar mi gratitud a los traductores, editores y a cuantos han contribuido para hacer posible esta publicación. Sé que a todos les impulsa una única motivación: la humilde propagación de la verdad que hemos recibido por la fe y la clara defensa de la dignidad de la vida humana, el carácter sagrado del matrimonio y del bien social de la familia.
Una empresa especializada en encuestas, Consulta Mitofsky, muy seria y confiable, acaba de publicar los resultados de su investigación en ambientes rurales, urbanos y universitarios, entre jóvenes y adultos, hombres y mujeres, sobre confianza del pueblo en 18 instituciones, comparando los datos de 2008 a 2018, con una escala de calificación del O al 10. Las tres que gozan de la confianza más alta somos: Las universidades (7.4), la Iglesia (7.2) y el Ejército (7.0)
Tal, por ejemplo, es el Cristo que presenta el evangelio de San Juan, libro que no es, en todo su contenido, sino una mera especulación. No termina con esto el dominio de la filosofía sobre la historia. Divididos, según indicamos, los documentos en dos partes, de nuevo interviene el filósofo con su dogma de la inmanencia vital, y hace saber que cuanto se contiene en la historia de la Iglesia se ha de explicar por la emanación vital. Y, como la causa o condición de cualquier emanación vital se ha de colocar en cierta necesidad o indigencia, se deduce que el hecho se ha de concebir después de la necesidad y que, históricamente, es aquél posterior a ésta.