El Consiliario

* «Alcé los ojos al Cielo, y vi a Cristo, no en el Cielo, sino bien alto de mí en el aire, que tendía la mano hacía mí, y desde allí me favorecía» (Santa Teresa de Jesús).

* «Aprende del que es manso y humilde de corazón. Graba en ti este cimiento de humildad y llegarás a la suma caridad» (San Agustín).

* Todos los santos nacieron con el pecado original. Algunos, como San Agustín, fueron pecadores durante años. Están canonizados por la infinita Misericordia de Dios. Y porque ellos fueron humildes (Manuelico).