D. José Guerra Campos
El octavo día
Editorial Nacional, Torrelara, Madrid, 1973
El misterio de Cristo resucitado es el corazón de la Iglesia.
No se puede entender de ningún modo lo que significa la Iglesia en el mundo si se la concibe únicamente como una sociedad de hombres que buscan la verdad o que coinciden en un programa operativo; o si se concibe al mismo Cristo únicamente como un fundador, en quien los sucesores ven al maestro o al ejemplo perdurable.
Cristo no tiene sucesores. Los Apóstoles, sí; pero tanto los Apóstoles como sus sucesores lo que hacen es anunciar y actualizar la presencia constante de Cristo Salvador a través de la historia.
Por eso, en el último Concilio se ha dicho que la Iglesia es como un gran sacramento de Cristo: una señal y un instrumento de su presencia salvadora (1). El Bautismo nos incorpora al cuerpo de Sigue leyendo
“Si no te comportas como crees, terminarás creyendo como te comportas”.
«La vida sin fe no tiene sentido». «Yo creo muchísimo en la familia. Estoy convencido de que es el ámbito más importante para que el hombre sea feliz. Y la familia tiene que contar con Dios. Es un error vivir de espaldas a Él.»
La batalla del Ebro, victoria de todo el pueblo contra la decadencia nacional. El encuentro de España con sí misma