Contracorriente

~ Blog del P. Manuel Martínez Cano

Contracorriente

Publicaciones de la categoría: Hispanoamérica. La verdad

Hispanoamérica. La verdad 171

18 Lunes May 2020

Posted by manuelmartinezcano in Hispanoamérica. La verdad

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Una Epopeya misionera

Padre Juan Terradas Soler C. P. C. R

La Hispanidad

La Hispanidad, firme y prometedora realidad (26)

La esencia de la Hispanidad es el catolicismo romano (1)

“América es la obra de España. Esta obra de España lo es esencialmente de catolicismo. Luego hay relación de igualdad entre hispanidad y catolicismo, y es locura todo intento de hispanización que lo repudie…

La historia de nuestra vieja hispanidad es esencialmente católica, y ni hoy ni nunca podrá hacerse hispanidad verdadera de espaldas al catolicismo”.

(Cardenal Gomá, 12-X-1934.)

América, a raíz de su independencia, y a consecuencia de la dialéctica revolucionaria y liberal, echó en olvido la tradición católica en que había sido educada, rompiendo así con la Hispanidad, Pero sucedió, desgraciadamente, que la misma España —aunque parezca paradoja—se desligó también de la Hispanidad, viviendo durante más de un siglo al margen de sus genuinas tradiciones católicas.

Así pues, tanto la América española, como la Madre Patria, si quieren volver a vivir los días gloriosos de antaño han de reincorporar a su vida nacional el catolicismo romano, que forma parte de la esencia de su nacionalidad. En una magistral exposición. Monseñor Zacarías de Vizcarra hace resaltar la importancia de este retorno:

“Las nuevas naciones hispánicas fueron plasmadas por España y Portugal, no con el criterio económico y materialista de las colonias modernas, sino con el designio materno de formar, a su imagen y semejanza, prolongaciones con sustanciales de sus metrópolis, con la misma estructura social de ellas, con las mismas costumbres, la misma religión, la misma moral, el mismo derecho, el mismo concepto de la vida, la misma lengua, la misma cultura. Por eso, las colonias de España y Portugal se convierten muy pronto en naciones hechas y derechas, con las mismas características: fundamentales de sus metrópolis.

El tipo moral de todas las naciones hispánicas, el espécimen de humanidad que representan, el modo de reaccionar ante los valores espirituales son sustancialmente los mismos. Existen sarmientos diferentes que han brotado de una sola cepa espiritual. La Hispanidad es única, encarnada en veinte naciones soberanas… Saquemos ahora las consecuencias de la doctrina expuesta.

Las veinte naciones soberanas, que integran la Hispanidad, poseen un tesoro común, que es la base y fundamento de su unidad espiritual y la razón indeleble de su hermandad: el tesoro de Santiago y María Santísima del Pilar, el radical y combativo catolicismo hispánico, celosamente guardado y heroicamente defendido contra toda clase de enemigos en las Edades Antigua y Media por España y Portugal, y transmitido por ellas en la Edad Moderna a la gran familia de naciones hispánicas del Nuevo Mundo, sin distinción de razas, colores ni latitudes.

Este común tesoro y la suma de tradiciones históricas, modalidades éticas y caracteres culturales por él determinados y con él compenetrados, constituyen el patrimonio conjunto de toda la Hispanidad. Cada una de las naciones hispánicas debe defenderlo separadamente como propio, como nacional. Pero esto no impide que todas ellas se ayuden mutuamente en la defensa del patrimonio común”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hispanoamérica. La verdad 170

11 Lunes May 2020

Posted by manuelmartinezcano in Hispanoamérica. La verdad

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Cruz - Corona de espinas - Túnica

Una Epopeya misionera

Padre Juan Terradas Soler C. P. C. R

La Hispanidad, firme y prometedora realidad (25)

Una fraternidad sincera en la verdad histórica (7)

Acabamos de hacer hincapié en las excelentes intenciones de no pocos americanos al romper sus lazos con la Madre Patria. Sin embargo, no hay que olvidar que las sectas enemigas de la civilización cristiana no tardaron en hacer de los nuevos Estados fácil presa de sus maquinaciones. Las consecuencias de su nefasta influencia saltan a la vista. Toda persona sensata ha de reconocer cuán triste espectáculo nos presenta la América libre a lo largo de su historia. Una democracia desenfrenada, fundada en los principios de la Revolución francesa, destruye todo orden en el continente. Luchas fratricidas desangran a las naciones hermanas. La Iglesia es objeto de sinnúmero de vejámenes. Las sectas reinan soberanas en la política, la prensa y la enseñanza.

¿Cuál fue la causa de este lamentable estado de cosas? ¿Haber roto con España? No, no estuvo ahí la verdadera causa. La fuente de las desgracias de Hispanoamérica fue, en realidad, haber roto—al menos en la esfera pública—con su tradición católica, haber roto con los ideales de los conquistadores; en una palabra, ¡haber roto con los principios de la Hispanidad!

Los mismos hijos de América, conscientes de la verdadera historia de sus países, lo reconocen. Rafael Cubas nos dice de su patria: “Para los que sostienen que el Perú nace en 1821, allí está para responderles la triste realidad nuestra, que parte desde entonces; allí está la pobreza del espectáculo que ofrece desde el punto de vista de su trascendencia universal; allí están sus instituciones deficientes, que no satisfacen los anhelos populares”. Y el autor señala con decisión el remedio: la vuelta a las tradiciones católicas e hispánicas de su país. “Única base de nuestras esperanzas de salvación; único fundamento de nuestra trascendencia universal”.

En este mismo sentido hemos oído afirmar a Pío XII, en su radiomensaje al V Congreso Interamericano de Educación, el triste estado de la América española después de desgajarse del tronco que le dio vida.

“En no pocas zonas del Nuevo Mundo, los movimientos sociales y políticos, que siguieron a su independencia, vieron penetrar en el campo de la enseñanza ideas y principios que, partiendo de un liberalismo y de un laicismo que audazmente pretendían dominarlo todo, desembocaban en un monopolio escolar, con daño evidente de la integral formación Cristiana…”

(Radiomensaje al V Congreso Católico Interamericano de Educación, 12-I-1954).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hispanoamérica. La verdad 169

04 Lunes May 2020

Posted by manuelmartinezcano in Hispanoamérica. La verdad

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La Virgen del Lujan - Argentina

Una Epopeya misionera

Padre Juan Terradas Soler C. P. C. R

La Hispanidad, firme y prometedora realidad (24)

Una fraternidad sincera en la verdad histórica (6)

Ante los argentinos tiene una palabra de simpático recuerdo para los dos grandes héroes de su independencia, Belgrano y San Martín.

“Y al entrar en aquellas espaciosas naves (de la Basílica de Nuestra Señora de Luján), al ver las banderas que Belgrano ganó en Salta o la espada que San Martín blandió en el Perú; al leer los mármoles que recuerdan la solemne coronación de 1887—la primera en América—o el reconocimiento de su patrocinio sobre las tierras del Plata, de 1930; al subir a aquel camarín, tan rico como devoto, entonces, sólo entonces, nos pareció que habíamos llegado al fondo del alma grande del pueblo argentino”.

(Radiomensaje al Congreso Mariano Nacional de Argentina, celebrado en Luján, 12-X-1947).

Colombia—ya lo hemos visto en otra parte—también puede estar orgullosa de los padres de la Patria, caballeros cristianos de pies a cabeza. “Bajo los auspicios de Nuestra Señora la Virgen María en el misterio de su Inmaculada Concepción, decretó la independencia absoluta el colegio electoral de Cuntinamarca; e igualmente bajo la especial protección de la Santísima Virgen Nuestra Señora, quedó constituido el Congreso federativo de las provincias unidas de la Nueva Granada”. Y más abajo, en el mismo discurso, añadía Pío XII:

“¡La Virgen del Carmen, reina de Colombia! Prometedle solemnemente absoluta fidelidad a la fe de vuestros padres; a la doctrina que ellos declararon fundamento de vuestra patria; a la religión católica, apostólica y romana, fuente profusa de las bendiciones del Cielo, como la llamó vuestro libertador el gran Simón Bolívar en un momento solemne de vuestra vida nacional”.

(Radiomensaje al Congreso Mariano Nacional de Colombia, 16-VII-1946).

Chile, no menos que sus hermanas, vio combatir en su suelo, por la libertad de la Patria, a capitanes que hacían honor a sus antepasados, y eran fruto, por lo demás, de tres siglos de civilización cristiana. De ningún modo se puede considerar a aquellos hombres desligados de su pasado. Es más, por defender la tradición cristiana instaurada por los conquistadores en América, y atacada ahora por los últimos Gobiernos peninsulares, que habían desviado el rumbo de la Hispanidad, se alzaron algunos de aquellos valientes.

“¿Qué corazón auténticamente chileno no siente acelerar sus latidos cuando oye nombrar, por ejemplo, a Nuestra Señora de Andacollo, y, muy especialmente, a la Madre Santísima del Carmelo, cuyo escapulario fue un día gloria sobre los pechos robustos de vuestros próceres y sigue siendo todavía hoy casi una patente de reconocimiento nacional?”

(Radiomensaje al Congreso Nacional Mariano de Chile, 31-XII-1950).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hispanoamérica. La verdad 168

27 Lunes Abr 2020

Posted by manuelmartinezcano in Hispanoamérica. La verdad

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Virgen de la Merced y santos Mercedarios

Una Epopeya misionera

Padre Juan Terradas Soler C. P. C. R

La Hispanidad, firme y prometedora realidad (23)

Una fraternidad sincera en la verdad histórica (5)

¡La figura de los próceres! Pío XII ha exaltado no pocas veces el espíritu religioso de que estaban imbuidos algunos de los más destacados.

En un discurso dirigido al Perú, encomia la piedad mariana de los libertadores, que acudían a la Virgen antes de acometer sus “generosas empresas”.

“América, la de los próceres, padres de la patria que acudían igualmente ante Ella—un Belgrano, un San Martín, un Hidalgo o un Artigase-antes de acometer sus generosas empresas” (335).

(Radiomensaje al Congreso Eucarístico y Mariano del Perú, 12-XII-1954).

(335) Son conocidos los cristianísimos rasgos del libertador BELGRANO. En Tucumán encargaba funerales por los caídos de ambos ejércitos en pugna, y distribuía a los jefes, oficiales y soldados de su tropa, antes de la batalla de Salta, cuatro mil escapularios de la Virgen del Carmen. Y al General San Martín escribía el 6 de abril de 1814: “Mi amigo: Acuérdese Vd. que es un general cristiano, apostólico, romano. No deje de implorar a Nuestra Señora de las Mercedes, nombrándola siempre Nuestra Generala. El ejército se compone de hombres educados en la fe católica que profesamos… No olvide los escapularios a la tropa. Se lo dice a Vd. su verdadero y fiel amigo, Manuel Belgrano”.

San Martín, por su parte, “era un católico no sólo práctico, sino además ferviente y apostólico” (GUILLERMO FURLONG, S. J.). Es sabido que se señalaba por su devoción a la Santísima Virgen, a quien imploraba antes de sus batallas, y cuyo cuadro llevaba continuamente en su equipaje de guerra. Entre sus soldados imponía los cumplimientos religiosos, y suprimió del mismo Código Militar español lo referente al duelo, como contrario a la doctrina católica. El primer artículo del Código Militar, redactado por este caudillo en Mendoza (1816), reza así: “Todo el que blasfemare el Santo Nombre de Dios o de su adorable Madre e insultare la Religión, por primera vez sufrirá cuatro horas de mordaza atado a un palo en público por el término de ocho días; y por segunda vez, será atravesada su lengua con un hierro ardiente y arrojado del Cuerpo”. (Véase TRIANA, ob. cit., pág. 251.)

Dirigiéndose al Uruguay, “pueblo orgulloso de su historia”, le exalta la figura de su héroe nacional, Artigas, y del primer, insurrecto, el cura Silverio A. Martínez.

“Obrando así, os proclamáis hijos legítimos de aquel grande Artigas, tan devoto siempre de la Virgen del Carmen y que tanto se consolaba rezando el santo rosario en sus últimos años de vejez y de forzoso retiro; hermanos auténticos de aquellos próceres que el 14 de junio de 1825 inclinaban sus banderas ante la Virgen del Pintado o Virgen de los Treinta y Tres, como si quisieran reconocerla capitana de sus futuras empresas. Obrando así, os parecerá que cumplís su glorioso testamento: “Honorem habebis matri tuae ómnibus diebus” (Honra siempre a tu madre todos los días de tu vida) (Tob., 4, 3)”.

“Sois, finalmente, un pueblo orgulloso de su historia; pues bien: en esa historia, donde las letras han florecido a la sombra de las armas, no se pueden olvidar los nombres del párroco Silverio Antonio Martínez, que lanzó el primer grito de independencia”.

(Radiomensaje al Congreso Mariano Nacional del Uruguay, celebrado en Montevideo, 13-X-1954).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hispanoamérica. La verdad 167

20 Lunes Abr 2020

Posted by manuelmartinezcano in Hispanoamérica. La verdad

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Celebración de la Santa Misa

¡Viva Jesús Sacramentado!
¡Viva y de todos sea amado!

¡Viva María Santísima! ¡Viva!

Una Epopeya misionera

Padre Juan Terradas Soler C. P. C. R

La Hispanidad, firme y prometedora realidad (22)

Una fraternidad sincera en la verdad histórica (4)

Pero el Soberano Pontífice está muy lejos de ver por ello, con malos ojos la independencia americana. No, Pío XII sabía muy bien que esta independencia, de pueblos que avanzaban poco a poco hacia la edad madura, tarde o temprano había de llegar irremisiblemente; aunque, como toda separación, fuera dolorosa para ambas partes.

También conocía el sagaz Pontífice que muchas causas de tipo político y humano estaban en el origen de todas aquellas guerras secesionistas. Pío XII no olvidaba, sobre todo, y en varios discursos lo enaltece delante de los católicos de América, que no pocos de sus próceres estaban animados de las mejores intenciones para con la Iglesia. A menudo aquellos valientes se sublevaron precisamente para defender a la religión que el Gobierno central injustamente oprimía. Tales reacciones cristianas y antigubernamentales se patentizaron con ocasión de la cruel expulsión de los jesuitas, decretada por Carlos III, de las leyes liberales dictadas por las Cortes de Cádiz, de la traidora inteligencia de algunos de los ministros de Fernando VII con las tropas revolucionarias de Napoleón, y de otros sucesos desgraciados de índole político-religiosa.

Con algunos de los pasajes laudatorios que Pío XII dedica a los próceres completaremos, en todos sus aspectos, la doctrina, pontificia sobre la Historia del Nuevo Mundo. Y al mismo tiempo se advertirá, que la unión entre España y los países americanos deseada por el Papa, y que cada día aparece más conveniente para el bien de toda la catolicidad, no podrá realizarse sino en el mutuo reconocimiento de la verdad histórica por ambos sectores. América tendrá que desechar la Leyenda Negra de la conquista y colonización, sin verse por eso constreñida, por supuesto a crear una leyenda rosa. Y España, por otro lado, tendrá que borrar, de algunas de sus historias, páginas objetivamente infundadas o al menos incompletas sobre el movimiento escisionista americano.

El prudente Pontífice Pío XII sabía armonizar a las mil maravillas todas las realidades históricas, dentro de la verdad. El mismo año de 1954, y aun con escasa diferencia de días, proclamaba a los españoles la grandeza de su epopeya misionera (12-X-1954), mientras encomiaba al Uruguay la catolicidad de los prohombres que le independizaron de España (13-X-1954). Más aún, en un mismo discurso a Colombia, se sucedían en los labios laudatorios del Papa los nombres gloriosos de los conquistadores hispanos y las proezas de los libertadores de América (12-XII-1954). Mostrando así claramente con su ejemplo que una verdad no se opone a la otra, y que las glorias de un pueblo no son en desdoro de las ajenas. Para hacer patriotismo, un americano no necesita denigrar a la Madre Patria. Para escribir la gloriosa historia del Imperio, un español no debe acudir al baldón de aquellos hombres a quienes las naciones hermanas reverencian merecidamente como Padres de la Patria. ¡No! ha habido ya demasiadas incomprensiones para mal de todos. Ha llegado el momento de que los pueblos católicos se unan en la verdad siempre caritativa y en la caridad siempre objetiva.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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