María

“Hijo mío, no rechaces el castigo del Señor, no te enfades por su reprensión, porque el Señor reprende a los que ama, como un padre al hijo preferido”. (Proverbios 3, 1-10)

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Ellos han hecho en honor de sus dioses todo lo que abomina y detesta el Señor; incluso prendieron fuego a sus hijos e hijas en honor de sus dioses. (Deut. 12, 31)

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¿De qué le sirve al ídolo que lo talle el artífice, si es una imagen, un maestro de mentiras? Habacuc 2, 18)

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El malvado dice en su insolencia: “No hay Dios que me pide cuentas”. (Salmo 10, 4)

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“Son hijos de la maldición”. (2 Ped. 14)

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“estad firmes; ceñid la cintura con la verdad”. (Efesios 6, 14)

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Jesús empezó hablar dirigiéndose primero a sus discípulos: “Cuidado con la levadura de los fariseos, que es la hipocresía”.