Flojera de bragueta
En el Sínodo de la Familia se han dicho algunas cosas que nada tiene que ver con la pastoral de familia. Más bien tiene que ver con los pantalones, como dice un buen amigo. Es cosa de flojera de bragueta.
No es cuestión de amor entre personas del mismo sexo, ni de divorciados. En la lujuria que está penetrando por todas partes. Es la debilidad bragueta de Lutero.
En contracorriente estamos convencidos de la presencia del Espíritu Santo en el Sínodo. Y esto nos basta.
Hogueras infernales
El humo de Satanás que ha penetrado en la Iglesia de Cristo, como desenmascaró y denunció el beato Pablo VI, se ha convertido en nuestros días, en hogueras que están resquebrajando a la Iglesia por los cuatro costados, el norte, el sur, el este, el oeste, los extremos, las periferias y el centro.
Así es. Paz y bien, hermanos. Dios lo permite. Él convierte los males en bienes. Hay muchos santos, fieles a la ley de Dios que sostienen la Iglesia, y que salvan muchas almas. Los que no se quieran convertir serán condenados a sufrir eternamente en el infierno. ¡Virgen María, sálvanos!
Matrimonio de Dios
Estoy en una residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Viene hacia mí un matrimonio que está de visita, y el marido me dice: Padre hace 48 años que estamos casados. Cada día nos queremos más. Los primeros años de matrimonio, se viven ilusiones, el autentico amor viene con los años, pasados juntos en las alegrías y las tristezas, en salud o enfermedad. El matrimonio es el gran sacramento de Dios. La esposa asentía en todo.
Muchos matrimonios fracasan en nuestros días porque viven de ilusiones, de fantasías, la vida real y cotidiana es mucho más hermosa, cuando se la sazona con amor.
Confesionalidad atea del Estado
He leído muchas veces: “no queremos que vuelva el Estado Católico, la Confesionalidad del Estado”. Misteriosamente, esos mismos católicos, defienden a capa y espada, incoherentemente y testarudamente, la democracia. Es decir. La Confesionalidad Atea del Estado. La democracia moderna, la que arranca de la Revolución Francesa, es una herejía. Niega la Potestad Soberana de Cristo Rey. Él dijo que se le había dado todo poder en el Cielo y en la tierra.
Poncio Pilato no lo entendió: “No tendrías ningún poder sobre mí si no se hubiera dado de lo Alto”. “Yo soy la verdad”. Liberales, progresistas y democratistas, no entienden nada. Viven en la mentira. No se puede separar lo que Dios ha unido. No se puede asesinar niños y niñas en las entrañas de sus madres.
No a los partidos
Los tontolones de mi pueblo dicen que hemos de acabar con el fundamentalismo religioso, causante de todas las guerras.
Los tontolones de las antípodas dicen que hay que eliminar a los ejércitos, que son los que hacen las guerras.
Tontorrones los hay hasta en las nubes. Todas las guerras son declaradas por los políticos de izquierdas, derechas, centro, ultras. Todos dicen lo mismo: podemos. Hemos de eliminar pues, a los partidos políticos, nacidos la Revolución Francesa. Todos ellos adoran a su diosa razón e imponen sus razonamientos infernales.
Representación natural
La representación del “pueblo” por los partidos políticos en el parlamento y en el senado, llega a promulgar leyes aberrantes como el divorcio, el aborto, la eutanasia, la pedagogía fundamentada en la ideología de género, etc.
En las cortes deberían estar representadas, las familias, los municipios, las regiones, las instituciones naturales que buscan el bien común de la naciones.
