Padre Martínez m.C.R.

El dogma fundamental democratista es: “La verdad no existe”. Solo lo que digamos nosotros en el Parlamento es verdadero.

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No es por casualidad que la imposición de los derechos humanos descristianiza a las personas y a las naciones. El diablo anda por medio.

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Un acto de amor a Dios de una monja contemplativa vale más que todos los actos de todos los políticos del mundo. Y de todos los documentos eclesiásticos.

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Sin religión, el hombre pierde el sentido de la responsabilidad, se hace hedonista y narcisista. Sólo se interesa por sí mismo.

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Los científicos dicen que solo tiene sentido, y es científico, lo que es empíricamente verificable. Algunos les preguntan con qué argumento lo demuestran.

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Al hombre y a la mujer no les basta el amor humano. Necesitan la caridad: sentirse amados por Dios y amar al prójimo por amor de Dios.

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Por estos mundos de hoy corren “místicos” que se pegan la vida padre. Dicen: “Dios lo hace todo”. Y  es verdad. Pero se ha de añadir lo que dice Santa Ángela de la Cruz: “Dios lo hace todo, pero la criatura tiene que poner de su parte para corresponder a los favores de Dios”.