Padre Martínez Cano, m.C.R.

Los peones del demonio están trabajando frenéticamente para crear un mundo sin Dios. Y sin patria. Y sin familia. Y sin hombres. Y sin mujeres. Un mundo de fantasmas y demonios. Lo más parecido al infierno.

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No confundamos la juerga con la alegría que va desapareciendo de la vida cristiana y social. Dios es la eterna alegría, Amor eterno. Sin Dios no hay alegría ni amor al prójimo. Lo estamos palpando. Vemos muchas alegrías en conventos, misiones, seglares consagrados… Y es que la alegría es propia del cristiano. La masa anónima que nos envuelta está triste. Han olvidado a Dios. Han olvidado qué es un hombre. Qué es una mujer. Imágenes y semejanzas de Dios.

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Hace años se decía “la imaginación al poder”. Hoy el poder no tiene límites. Se ha vuelto loco y cruel. “La imaginación es la loca de la casa”, decía Santa Teresa de Jesús. Y  gobernados por locos están pueblos y naciones. Han imaginado que el nasciturus no es niño, pues lo asesinan. Han imaginado que la convivencia homosexual es un matrimonio, pues lo certifican democráticamente.