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Crisis económica

Los terribles golpes de la crisis económica de 2008, provocada por la codicia y la economía especulativa, y el azote del terrorismo islamista salafista, han puesto a prueba esa supuesta «voluntad europeísta”. El mundialismo se está enfrentando a un rebrote del nacionalismo en los países europeos más poderosos, que reclama retomar la soberanía nacional. Los burócratas del «gobierno europeo» asisten nerviosos y desorientados al ascenso de los Syritzas, los Pegidas, el lepenismo en Francia, el FPÖ austríaco, el PVV holandés, y finalmente el llamado Brexit liderado por los nacionalistas británicos del UKIP. (Luis Ignacio Amorós – Ahora información)

Secularización

El final de la Guerra fría, fue el inicio del deshielo. Y todos sabemos que cuando se descongela la carne, se pudre rápido. Y eso le pasó Europa. Sólo quedaban restos des cristiandad en zonas distantes entre sí como Italia (hasta que la democracia cristiana acabó con ella); España, cuya transición democrática secó su espíritu; Polonia (que salía fortalecida del comunismo) o Irlanda cuya alma fue comprada con euros, al ingresar en Europa. No deja de ser tremendo y curioso a la vez, que la entrada de los países más católicos en la Unión Europea, iniciaran automáticamente un proceso de secularización. (Javier Barraycoa – Ahora información)

Europa enferma

Europa está enferma, pero no de una enfermedad económica, o de «valores», o de agotamiento histórico. No, Europa está enferma de auto-odio que se manifiesta en la Cristofobia reinante. Las elites europeas han decidido que prefieren una Europa muerta, que no una Europa en la que pudiera renacer el cristianismo. Las elites europeas no odian la religión. Su increíble tolerancia hacia el Islam lo demuestra, hasta tal punto que pronto los creyentes musulmanes tendrán más privilegios que el resto de Europeos. Repetimos, no odian a las religiones, pues muchos de ellos son entusiastas del budismo. Simplemente odian una religión: la verdadera. (Javier Barraycoa – Ahora información)

La tecnología perjudica

Hoy día muchos padres se dejan engañar por los programas de estimulación de las «tablets» o de los teléfonos inteligentes y favorecen el uso incontrolado de las mismas a sus hijos. Es un error. El número de operaciones que puede realizar en un segundo una «tablet» con la que juegan millones de niños, por ejemplo un “iPad”, es de ciento setenta “megaflops” (una medida de la velocidad del ordenador). En el mismo lapso de tiempo, el cerebro humano realiza dos mil doscientos millones de “megaflops”. Es decir, el cerebro humano es doce millones de veces más complejo y eficaz que un “iPad”. La tecnología no ayuda al desarrollo del cerebro en los seis primeros años. (José Antonio San Martín – Boletín Salesiano)