Obra Cultural
Barcelona señalada por el dedo de Dios
«No me habéis elegido vosotros a Mí, sino Yo os elegí a vosotros.» (Jn. 15, 16). Estas palabras de Jesús a sus Apóstoles y a todos los que habían de ser sus discípulos a través de los tiempos, se pueden aplicar también a los pueblos. Y así Barcelona, de forma claramente providencial, ha sido escogida por Jesucristo para, desde la cúspide de su monte más alto, el Tibidabo, sentar cátedra y operar a su estilo, esto es a lo divino. El Tibidabo había de ser foco irradiante de luz, pararrayos de la justicia divina, fuente inagotable de gracias, refugio y fortaleza de los cristianos, mensaje y pregón para todos los pueblos, manifestación perenne del amor misericordioso de Dios a los hombres, sintetizado en la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Esta elección exige nuestra vibrante y generosa respuesta y un compromiso de fidelidad a nivel personal y específicamente a nivel social. Sigue leyendo →