canoPadre Martínez Cano, m.C.R.

La gobernanza Mundial desarraiga a las personas de sus familias, pueblos, tradiciones, religión… Así tiene obra de mano barata. Un licenciado, tiene que salir de su patria al otro confín del mundo para cobrar un sueldo de ir tirando.

Detrás de toda la organización está Satanás, arrancando la fe y la moral de las almas y los corazones. Pero Satanás no tiene la última palabra. Él sufre terriblemente y siempre estará sufriendo. Eternamente.

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Los animales y las plantas son vestigios de Dios. Nos recuerdan al Creador de todas las cosas. Los hombres y mujeres democráticas, los que han suprimido a Dios de sus vidas y luchan diabólicamente para decir que Dios desaparezca de la vida social son monstruos horrorosos. Nos recuerdan a Satanás y sus demonios.

Dios existe y Satanás también. El cielo es eterna felicidad. El infierno eterno sufrimiento. Esa es la verdad. No podéis suprimirla ¡Monstruos!

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El joven matrimonio, sale de casa con sus cuatro hijos. El bebé, en su cochecito. El de seis años sigue sus pasos, y le dice a su madre: Mamá yo quiero morirme ya.

¡Qué dices hijo! ¿Por qué quieres morirte? –  porque quiero ir al Cielo.

A la que faltó poco para irse al cielo fue a la madre. Sintió un gozo tan intenso y fino que creía que el corazón iba a explotarle.