Franco y la Iglesia Católica
José Guerra Campos
Obispo de Cuenca
Separata de la obra “El legado de Franco”
- Legado permanente de Franco en relación con la Iglesia
- Legado de los hechos
Los innumerables reconocimientos de portavoces de la Iglesia durante la vida de Franco y a la hora de su muerte desembocan en lo que proclamó el Cardenal Arzobispo Primado en 1975, durante las exequias, ante el pueblo y «corpore praesente»: «Brille la luz del agradecimiento por el inmenso legado de realidades positivas que nos deja este hombre excepcional… Gratitud que le debemos todos: la sociedad civil y la Iglesia… Todo cuanto mañana pueda ser perfeccionado encontrará las raíces de su desarrollo en lo que se ha estado haciendo ayer y hoy en medio de tantas dificultades».
Las realidades positivas heredadas por la Iglesia quedan reseñadas en las páginas precedentes:
- a) Haber sido rescatada de la destrucción y haber recuperado la libertad de vivir y de actuar, con el «resurgimiento de las instituciones católicas» (Pablo VI). (Capítulos 11, IV).
- b) Situaciones, instrumentos y posibilidades que continúan como semillas de futuro (capítulo IV, en especial el número 5). Análogas a las que sembró en el campo civil, v.gr. la instauración de la Monarquía, el desarrollo económicosocial y cultural como supuesto sin el cual no sería posible la convivencia democrática, la posibilidad efectiva de esperanza y participación para los trabajadores y los humildes (Capítulo V).
- c) Ejemplaridad de un cristiano, como ciudadano y gobernante, en dar testimonio de fe en Cristo y de fidelidad a la Iglesia, en servir valores fundamentales, con reconocimiento de su fuente (la supremacía de la Ley de Dios y la trascendencia de la persona humana) para bien de la familia, de la comunidad nacional entendida como Patria, de la educación, de la justicia social… (Capítulos 1, 111, V)