“Si mantienen grandes deseos para el Señor, sabrán evitar la mediocridad y el conformismo, tan difusos en nuestra sociedad.“
San Juan Pablo II (JMJ 2002)
“¡Vivid comprometidos, en la oración, en la atenta escucha y en el compartir gozoso estas ocasiones de “formación permanente”, manifestando vuestra fe ardiente y devota!
San Juan Pablo II (JMJ 2002)
“Queridos jóvenes, sólo Jesús conoce vuestro corazón, vuestros deseos más profundos. Sólo Él, que os ha amado hasta la muerte, (cfr Jn 13,1), es capaz de colmar vuestras aspiraciones.
San Juan Pablo II (JMJ 2002)
“La humanidad tiene necesidad imperiosa del testimonio de jóvenes libres y valientes, que se atrevan a caminar contra corriente y a proclamar con fuerza y entusiasmo la propia fe en Dios, Señor y Salvador.”
San Juan Pablo II (JMJ 2002)
“Bien sabéis que, cuando no se camina al lado de Cristo, que nos guía, nos dispersamos por otras sendas, como la de nuestros propios impulsos ciegos y egoístas, la de propuestas halagadoras pero interesadas, engañosas y volubles, que dejan el vacío y la frustración tras de sí.”
Benedicto XVI (JMJ 2011)
“Queridos amigos: sed prudentes y sabios, edificad vuestras vidas sobre el cimiento firme que es Cristo. Esta sabiduría y prudencia guiará vuestros pasos, nada os hará temblar y en vuestro corazón reinará la paz.“
Benedicto XVI (JMJ 2011)
“Queridos jóvenes, que el amor de Cristo por nosotros aumente vuestra alegría y os aliente a estar cerca de los menos favorecidos. Vosotros, que sois muy sensibles a la idea de compartir la vida con los demás, no paséis de largo ante el sufrimiento humano.”
Benedicto XVI (JMJ 2011)
“Precisamente ahora, en que la cultura relativista dominante renuncia y desprecia la búsqueda de la verdad, que es la aspiración más alta del espíritu humano, debemos proponer con coraje y humildad el valor universal de Cristo, como salvador de todos los hombres y fuente de esperanza para nuestra vida.”
Benedicto XVI (JMJ 2011)
“Amar es servir y el servicio acrecienta el amor. Pero esta cosecha no la recogéis solo vosotros, sino la Iglesia entera que, como misterio de comunión, se enriquece con la aportación de cada uno de sus miembros.”
Benedicto XVI (JMJ 2011)
