Obra Cultural
Jesús tuvo, tiene, millones de hermanos. Todos los hombres de la humanidad. Pero no tuvo hermanos según la carne, según la sangre. Fue el hijo único de María. Los Evangelios hablan, repetidas veces, de los «hermanos del Señor», y esto ha sembrado la duda en amplios sectores.
Inmensos rebaños de siervos y plebeyos pastarán por desiertos y montañas, sin amos y señores, pasto de las alimañas. Así lo planean mentes endemoniadas. Ignoran que Dios es el Señor de la Historia.