Padre Cano, m.C.R.
*Que los otros puedan ser elegidos los primeros y yo dejado aparte, ¡Jesús, hazme la gracia de desearlo!
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Es necesaria la responsabilidad, para obrar en conciencia y en verdad.
*Esta vida pasajera de la tierra es un preludio de la eterna felicidad del Cielo.
*Sin santidad no hay renovación de los bautizados, ni de las instituciones eclesiásticas.
*La libertad liberal es antihumana, es un instinto bestial. Si quiero matar a mi hijo lo mato.
*El primer mandamiento es amar a Dios. Amemos a Dios, con todas las fuerzas de nuestros corazones.
Diálogos con los cristianos no católicos, para recordarles el mensaje de Unidad de Nuestro Señor Jesucristo «tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia» y que seguimos amando y esperando a quienes dejaron de creer en esa piedra angular de nuestra Religión. (Carlos González Flórez – EL PAN DE LOS POBRES)
La carta apostólica que firmó el Papa en la clausura del gran Jubileo del 2000, Novo millennio ineunte, dedicado al milenio que comenzamos, es una llamada a la esperanza de la Iglesia. Quiere el Papa que miremos hacia el futuro y alimentemos en nuestro corazón el optimismo sobrenatural de un mundo que ha de ser de Cristo, La Iglesia se ha puesto en las manos de Dios a lo largo de todo el Jubileo. Es hora de avanzar y obtener el mayor fruto de las gracias que han llovido sobre fa Iglesia.