canoPadre Martínez m.C.R.

Si las cosas de la vida terrena, no nos preocuparan tanto. Si pusiéramos más atención a las cosas eternas, viviríamos más felices en la tierra y eternamente felices en el Cielo.

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Jesús en Ti confío. Ha muerto y resucitado por nosotros. Nos espera en el sagrario. Y en el Cielo para ser eternamente felices.

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El diablo engaña a muchos obsesionándolos con el futuro. El futuro no existe. La eternidad permanece siempre. Eternamente feliz en el Cielo. Eternamente desgraciada en el infierno.

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El médico ha dicho: yo no creo en los milagros. Exacto. No hay que creer en los milagros. Los milagros se demuestran científicamente. No por la fe. Alexis Carrel, Premio Nobel de Medicina se convirtió por ver un milagro.

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Los politiqueros coetáneos de nuestros días son perfectos imitadores de los falsos profetas del Antiguo Testamento. Prometen ilusiones, fantasías, paraísos. También ellos serán juzgados por Dios.

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El católico es hijo de la Iglesia. Sea ciudadano, jefe de Estado o ministro, tiene el deber de obedecer a la Iglesia. No se puede ser católico y abortista o de la ideología de género.

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Los politiqueros coetáneos están ufanos. Han creado Europa de la nada. Nada de tradición católica. Nada de filosofía clásica. Nada de familia. Nada de hombre o mujer. Nada… La hemos creado nosotros. ¡Vivan los padres que nos parieron!