Montserrat
Demonios
“Jesús me enseñó cuánto le agrada la plegaria reparadora; me dijo: La plegaria de un alma humilde y amante aplaca la ira de Mi Padre y atrae un mar de bendiciones. Después de la adoración, a medio camino hacia mi celda, fui cercada por una gran jauría de perros negros, enormes, que saltaban y aullaban con una intención de desgarrarme en pedazos. Me di cuenta de que no eran perros sino demonios. Uno de ellos dijo con rabia: Como esta noche nos has llevado muchas almas, nosotros te desgarraremos en pedazos.” Santa Faustina Kowalska, Diario de Santa Faustina Kowalska, nº 320.
Odio a la Iglesia
“Y en las contiendas de los siglos XIX y XX, ¿no es verdad que todo gira alrededor de la Cruz? Nuestras luchas civiles, nuestras contiendas políticas, o por afirmaciones o por negaciones, todas se refieren a la Iglesia; y nuestros enemigos de hoy mismo, si se suprimiera el Catolicismo en España, se quedarían asombrados, se quedarían absortos mirándose unos a otros, al encontrarse sin programa. El grado de odio y de opresión a la Iglesia, lo que se ha de cercenar de sus derechos, lo que se han de limitar sus facultades, ese es el programa de los que se llaman anticlericales, de modo que aún como negaciones viven en esa afirmación soberana, que es el soporte espiritual de la Patria.” Juan Vázquez de Mella, El Verbo de la Tradición, pp. 64y 65.
El bando republicano
“En esta situación empezó la Guerra Civil que en un primer momento se caracterizó por la llegada de las ayudas mternac1onales a ambos bandos, con calidad y cantidad muy similares, y las ofensivas rápidas del ejército de los nacionales. Los apoyos al bando republicano fueron muy significativos, además de los 50.000 voluntarios procedentes de 53 países integrados en las Brigadas Internacionales que organizó la Internacional Comunista y que se pusieron al servicio de la causa soviética, recibió el envío de material de guerra soviético y varios miles de asesores militares -léase comisarios políticos- de la URSS.” Juan E. Pflüger, www.gaceta.es, Revista Empenta, nº 99 (2º Trim 2015), p. 30.
La democracia lo más antidivino
“El P. Bover en su traducción de la Biblia al castellano definía así a la democracia: «El ejercicio del poder político independientemente de Dios ejercita máximamente la soberbia humana antiteística. El más absoluto de los regímenes políticos, el más antidivino es la moderna democracia, según se demuestra estudiando las fuentes filosóficas de que ha surgido»” Javier Barraycoa, Revista Verbo, nº 535-536, mayo-junio-julio 2015, p. 516.
Un plato de arroz
“Igual problema tiene la industria, nuestro sector económico por excelencia. En nuestras fábricas se obró el milagro del verdadero desarrollo económico y social de occidente durante los dos últimos siglos, y ahora -ni siquiera por un plato de lentejas- las hemos regalado a cambio de no ser nosotros quienes nos tengamos que poner el mono para ir a trabajar y nos manchemos las manos de grasa; eso ya nos lo hacen otros por un plato de arroz. ¿Cómo podemos ser tan cínicos de llorar viendo películas de esclavos negros en Alabama y, nada más salimos del cine, presumir del último modelo de zapatillas Nike hecho por un niño en un país que no sabríamos señalar en un mapa, y en condiciones laborales objetivamente inferiores de las que disfrutaban los negros de la película.” Juan Sánchez Galera, Revista Razón Española, nº 196, Marzo-Abril 2016, pp. 199 y 200.
Liberales prácticos
“Los liberales prácticos son la mayoría del grupo, los borregos de él, que creen a pie juntillas lo que les dicen sus maestros, o que sin creerlo siguen dóciles a quien los lleva, y siempre ajustados a su compás. Nada saben de principios ni de sistemas, y hasta quizá los detestarían si conocieran toda su deformidad; sin embargo, son las manos que obran, así como los teóricos son las cabezas que dirigen. Sin ellos no saldría el Liberalismo del recinto de las academias; ellos son los que le dan vida y movimiento exterior.” Félix Sarda y Salvany, El Liberalismo es pecado, p. 22.
La virtud moral
“Si pasamos de una visión crítica a un concepto positivo de los derechos, tendríamos que centrarnos en tres puntos: su concepto en sentido estricto, normalmente sacrificado al de garantía; el concepto hombre, normalmente identificado por la voluntad más que por la razón; y la conexión entre derecho y ser humano, normalmente sometido a éste último como creador y protagonista. En esta perspectiva se sitúa el concepto de Castellano: el verdadero bien humano es la virtud moral y todos aquellos bienes que se desprenden de ella; esto exige salir de la lógica racionalista moderna, así como del personalismo contemporáneo, así como de un liberalismo que entiende el «cristianismo como un humanismo ». Puede añadirse que, en este sentido, hablar de derechos del hombre resulta hasta redundante, salvo que se en tiendan como derechos de la voluntad que la razón formaliza.” Joaquín Almoguera Carreres, Revista Verbo, nº 537-538, agosto-septiembre-octubre 2015, pp. 582 y 583.