Publicado por manuelmartinezcano | Filed under Artículos
La píldora del día después
19 miércoles Jul 2017
19 miércoles Jul 2017
19 miércoles Jul 2017
Posted in P. Manuel Martínez Cano
Del temor de ser humillado, líbrame Señor.
*
El pepismo es la cuadratura del círculo: unir culto a Dios y al Sigue leyendo
19 miércoles Jul 2017
Posted in Mensajes de fe
Obras son amores
Descorazonador era el cuadro que ofrecía España en el siglo XIII. Los reinos de Valencia, Andalucía y Murcia gemían bajo la ominosa dominación sarracena. Muchos cristianos apostataban de su fe acobardados ante la perspectiva aterradora de la persecución más bárbara. Las costas estaban indefensas, los pueblos a merced de los corsarios que en las noches desembarcaban, incendiaban los poblados y se llevaban cautivos a sus moradores a las mazmorras del África. Causa pavor leer las atrocidades de los «baños» de Argel, Túnez, Trípoli y Orán, los tormentos indescriptibles que se infringían a las víctimas. No había más disyuntiva: o morían al poco tiempo o, vencidos por las torturas, renegaban de su fe. Tal era el fanatismo feroz y sanguinario de los musulmanes contra nuestro Credo. Lo expresó el califa Omar con este consejo bárbaro: «Debemos comernos vivos a los cristianos, y nuestros descendientes deben comerse a los suyos mientras dure el islamismo». Las apostasías eran pues numerosísimas. Sólo en Granada había treinta mil cautivos y cincuenta mil renegados. La situación no podía ser más trágica. Mientras, allá por tierras catalanas, un hombre de corazón ardiente, Pedro Nolasco, buscaba la perla preciosa de la perfección y en Montserrat entregaba su vida a María. Sucede en las grandes calamidades que muchos se lamentan, algunos -los positivos- oran y actúan, y Dios, Misericordia eterna, socorre siempre.
Una obra necesaria
Así vemos la historia de la Iglesia tachonada de maravillosas obras sociales y heroicidades de vértigo. La Orden de la Merced es una manifestación clara del Sigue leyendo