34 Pudor y castidad
El mundo presente, al ser una gran Escuela de Impudor, es por eso mismo una gran Escuela para ejercitar la virtud del pudor. El mundo trata de inculcar el impudor y la lujuria ya desde la escuela, y en todos los ambientes y ocasiones: espectáculos, medios de comunicación, modas, televisión e internet, playas y piscinas, costumbre generalizadas. Y esta agresión al mal solo puede ser resistida con un ejercicio muy continuo y enérgico de las virtudes. Ahora bien, como las virtudes crecen precisamente con los actos intensos (STh I-II, 52,3; II-II, 24,6). En palabras de San Ignacio, “vale más un acto intenso que mil remisos” (Cta. 7-V-1547). Por eso, si cada vez que el cristiano recibe en sus sentidos una incitación al pecado rechaza con la gracia de Dios la tentación, crecen en él mucho el pudor y la castidad. Y crecen al mismo tiempo con ellas todas las virtudes morales, pues todas están conexas y crecen juntamente, como los dedos de una mano (I-II, 65, 1). (José María Iraburu)
4 Para obispos masones
Prohibid, de hecho, haciendo creer que lo es también de derecho, la liturgia latina clásica (el llamado rito «Tridentino»), con todas sus derivaciones de Sigue leyendo