Hoy esta palabra se dirige a mí:
En nombre de Cristo: «Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios os exhortase por medio de nosotros Por Cristo os rogamos: Reconciliaos con Dios» (2.»Cor. 5, 20).
Hoy, mi Padre me espera: yo quiero ir junto a Él
Un padre tenía dos hijos: El más joven de ellos dijo a su padre:·«Padre, dame la parte de hacienda que me corresponde». Y él partió… disipó toda su hacienda viviendo disolutamente… y comenzó a sentir necesidad… Volviendo en sí, dijo: «Me levantaré e iré a mi padre y le diré: «Padre, he pecado contra el cielo y contra ti». Cuando aún estaba lejos, viole el padre, y, compadecido, corrió a él y se arrojó a su cuello y le cubrió de besos. Dijo el padre a sus criados: «Pronto, traed la túnica más rica y… mi hijo que había muerto, ha vuelto a la vida…., (Lc 15).
Hoy, yo reconozco mi pecado: yo seré perdonado
Uno de los malhechores crucificados le insultaba. Pero el otro, tomando la palabra, le reprendía, diciendo: «¿Tú no temes a Dios? En nosotros se cumple la justicia, pues recibirnos el digno castigo de nuestras obras… pero Éste nada malo ha hecho». Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino». «Hoy estarás conmigo en el paraíso». (Le 23.)
Hoy, yo debo volver a comenzar una vida nueva en medio de mis hermanos
Zaqueo deseaba ver a Jesús. Jesús levantando los ojos le dijo: «Zaqueo, baja pronto, porque hoy me hospedaré en tu casa». Zaqueo bajó a toda prisa y le recibió con alegría y, en pie, dijo al Señor: «Señor, doy la mitad de mis bienes a los pobres y si a alguien he defraudado en algo, le devuelvo el cuádruplo». Díjole Jesús: «Hoy ha venido la salvación a tu casa» (Lc 19).
«¿Sabéis qué ayuno quiero yo?, dice el Señor: romper las ataduras de iniquidad, deshacer los haces opresores, dejar ir libres a los oprimidos y quebrantar todo yugo; partir su pan con el hambriento; albergar al pobre sin abrigo, vestir al desnudo y no volver tu rostro ante tu hermano…» (Is 58).
Confesión
Examen de Conciencia
Se pide luz al Señor
- ¿He dudado o negado las verdades de la fe católica?
- ¿He comulgado alguna vez sin las debidas disposiciones?
- ¿He faltado a Misa los domingos o días festivos por culpa mía?
- ¿He cumplido los días de ayuno y abstinencia?
- ¿He callado en la confesión algún pecado mortal?
- ¿Manifiesto respeto y cariño a mis padres y familiares?
- ¿Atiendo bien mi hogar y me preocupo de mi esposa y de mis hijos?
- ¿He dado mal ejemplo a las personas que me rodean?
- ¿Corrijo con cólera o injustamente a mis hijos o a otras personas?
- ¿Riño frecuentemente con las personas de mi familia?
¿Me demoro en perdonar?
- ¿Procuro ayudar a las personas de mi familia y amigos
y compañeros? ¿Soy alegre con ellos?
- ¿He hecho daño a otros de palabra o de obra?
- ¿Tengo odio o rencor a alguien?
- ¿Me he embriagado alguna vez? ¿He animado a otros?
- ¿He aceptado pensamientos o miradas impuras?
- ¿He realizado actos impuros? ¿Solo, o con otra persona?
- ¿Me he puesto voluntariamente en peligro de pecar, por ejemplo, con fotografías, películas o novelas inmorales?
- ¿He cooperado al mal ajeno?
- ¿He tomado dinero o cosas que no son mías?
- ¿He devuelto las cosas prestadas?
- ¿He engañado a otros cobrando más de lo debido?
- ¿Doy limosna según mis posibilidades?
- ¿He malgastado el dinero?
- ¿He dicho mentiras que perjudicaron a otros?
- ¿He hablado mal de otros? ¿He pensado mal de otros?
- ¿He levantado calumnias contra alguien?
- ¿He tenido envidia?
- ¿He sido orgulloso? ¿He despreciado a otros?
- ¿Realizo bien y puntualmente mis trabajos? ¿Los ofrezco a Dios cada día?
- ¿Me acuerdo de Dios por la mañana y por la noche?
Confesión
Hecho el examen de conciencia, al llegar al confesionario, arrodíllate y saluda al sacerdote diciendo:
«Ave María Purísima»
Te santiguas diciendo:
«En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo»
El sacerdote te da la bendición y tú dices:
«Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo»
Y comienzas de la manera siguiente:
«Hace… (tantos) días, semanas… meses… que me he confesado. Me acuso de… (dices tus pecados al confesor, de una manera clara y sincera, determinando el número y la clase de pecados). El sacerdote te da los consejos oportunos y te impone la penitencia. Tú manifiestas la contrición diciendo:
Jesús, Hijo de Dios, apiádate de mí, que soy un pecador. A la absolución contesta: Amén.
Sales del confesionario y rezas las oraciones que te haya impuesto de penitencia el sacerdote. Dale las gracias a Dios por su bondad y misericordia, por haberte perdonado tus pecados; por haberte dado la gracia; por haber puesto su paz y su alegría en tu corazón.
«CUANDO EL ESPÍRITU SANTO ENCUENTRA A MARÍA EN UN ALMA, SE SIENTE ATRAÍDO IRRESISTIBLEMENTE HACIA ELLA Y EN ELLA HACE SU MORADA», dice San Luis María de Montfort. Y María está en las almas de aquellas que cada mañana y cada noche rezan con fe las TRES AVEMARÍAS.
