Don Manuel
San Miguel, heraldo de la sentencia eterna, ruega por nosotros
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No sospeches; atormentarás tu vida. Reza.
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La Iglesia siempre ha cuidado a los pobres.
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Hay quienes sueñan de día. Viven de fantasías.
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¡Cuidado! con los instintos y afectos desordenados.
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La muerte del cuerpo, no nos priva de la vida eterna.
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No es lo mismo amar que odiar. Vigilemos los sentimientos.
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El secreto de la santidad está en hacer siempre la voluntad de Dios.