Pablo
Pudor y castidad (57)
La perfecta castidad es también perfecta libertad. El lujurioso está cautivo de su adicción morbosa al sexo o a sus representaciones. No es en él el jinete quien conduce al caballo, si no el caballo el que lleva al jinete donde quiere. Entendimiento y voluntad no son capaces de dirigir la sensualidad, sino que ven arrastrado y llevado por ella tanto su pensamiento como su querer. La castidad, por el contrario, guarda a la persona en la “libertad propia de los hijos de Dios” (Rm 8, 21), de tal modo que son los sentidos y sentimientos los que van integrándose cada vez más en el pensar del entendimiento y en el querer de la voluntad. Cuando la virtud de la castidad llega a estar perfecta, ya la persona no apetece sensualmente lo indecente, sino que le repugna. (José María Iraburu)
Matrimonios que acaban en divorcio Sigue leyendo
Al salir del ascensor en silla de ruedas en el primer piso, los misioneros de Cristo Rey quieren levantar la silla para salvar los escalones que acceden al puente y llevarle a su habitación.
¡Viva Costa Rica! ¡Viva Costa Rica! ¡Viva Costa Rica!
Se apreció la importancia de la Cultura Religiosa Superior. Como no hay espacio para reseñar instituciones, digamos solamente que la Acción Católica creó una serie de Centros, más ligados a la acción, y que en un plano rigurosamente académico la Iglesia consiguió tener cuatro Universidades, más otras seis Facultades de estudios eclesiásticos, y siete institutos de estudios técnicos, con más de 17.000 alumnos (18). Semanas anuales de Teología y Sagrada Escritura. Y la consiguiente colección de revistas y publicaciones, descollando por su difusión y densidad la Biblioteca de Autores Cristianos (19).