

«Mi Corazón es como un Libro abierto» (3)
19 lunes Nov 2018
Posted in Artículos - Contracorriente
19 lunes Nov 2018
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19 lunes Nov 2018
Posted in Hispanoamérica. La verdad
Una Epopeya misionera
Padre Juan Terradas Soler C. P. C. R
Espíritu misionero de los descubridores y conquistadores
A los costarriqueños les habla Pío XII del conquistador que se enlaza con su historia patria, Vázquez Coronado, de cuyas proezas y catolicidad fueron teatro las tierras de Costa Rica, allá por los años de 1562 (181).
(181) Juan Vázquez de Coronado (1528-1565), se distinguió en la conquista de Costa Rica, de la que fue nombrado Adelantado. Era entre todos sus colegas honrado y generoso.
“La histórica Costa Rica de la cuarta y última navegación colombina; la del gran Vázquez Coronado y tantos heroicos descubridores. Se trataba, sobre todo, de la catolicísima nación que recuerda siempre a su primer Obispo, Llorente Lafuente, verdadera gloria nacional (182).
(182) Mons. Anselmo Llorente y Lafuente, nacido en 1799 en Cartago de Costa Rica, fue diputado en la Asamblea constituyente de Guatemala, sobresaliendo por su rectitud y justicia, caridad y abnegación.
Que no olvida nunca al que fue fundador de su futura universidad, el Prelado Nicolás García, y en cuyos oídos no se han extinguido aún los elocuentes acentos de aquel gran tribuno que fue el ilustre sacerdote don Florentino del Castillo” (183).
(183) Florentino del Castillo (1760-1834), fue elegido por su provincia representante en las Cortes de Cádiz, en 1811. Descolló en aquella Asamblea como uno de los oradores más elocuentes, abogando por el bienestar y la igualdad absoluta de indios, negros, mestizos, criollos y españoles. En 1813 ocupó la Presidencia de aquellas Cortes. Terminada su misión, regresó a América, donde desempeñó cargos políticos relevantes.
(Radiomensaje al II Congreso Eucarístico Nacional de Costa Rica, reunido en San José, 28-IV-1955.)
Pero, según Pío XII, no sólo Colón, Elcano y Legazpi, como ni tampoco únicamente Alvarado, Velázquez o Vázquez Coronado vivían el ideal misionero.
Se puede, en general, afirmar, con el llorado Pontífice, que toda la pléyade de aventurados navegantes que se adentraron en los mares inexplorados, y las falanges de conquistadores que los acompañaban o seguían en sus rutas, compartían con sus reyes el santo anhelo de extender la fe de Cristo entre los indígenas que encontraban. De ello dan testimonio las crónicas y cartas de la época.
De Valdivia, el brioso capitán que sometió a los araucanos en las llanuras de Chile, ha escrito esta memorable página el cronista de la época Pedro Marino de Lobera.
“Este capitán (Valdivia) tuvo con ellos (con los indios) tanta mano con pláticas discretas, que con mucha gracia les hacía, que en breve tiempo lo pacificó todo. Con esta seguridad concurría innumerable gente de los indios de paz a la ciudad cada día, tanto que los españoles temían ya verse rodeados de tan multitud de bárbaros, valientes y belicosos, y así estaban siempre a punto con las armas aprestadas y los caballos ensillados… Quedó entonces en paz toda ciudad y comarcas, y entró la fe en los estados de Arauco y Tucapel con tanto fervor, que dice el autor haber visto por sus ojos más de 40.000 indios, niños y niñas, que andaban con guirnaldas de flores en las cabezas, y cruces en las manos, cantando la doctrina cristiana, y esparciendo el dulcísimo nombre de Jesús y el de su Santísima Madre la Virgen Nuestra Señora: cosa de gran mérito para los fieles, píos y celosos de la honra de Dios y gloria de su Hijo Jesucristo”.
Y el mismo Valdivia nos ha dejado consignados sus ardientes sentimientos misioneros en una carta privada dirigida al rey:
“En lo que yo he tenido especial cuidado, trabajado y hecho lo último de potencia, después que a esta tierra vine, es en el tratamiento de los naturales, para su conservación y doctrina, certificando a V. M. ha llevado en este caso la ventaja esta tierra a todas cuantas han sido descubiertas, conquistadas o pobladas hasta el día de hoy en las Indias, como lo podrá V. M. mandar entender no solamente del mensajero, pero de las demás personas que de estas partes han ido hasta hoy y fueren de aquí adelante en nuestra España”.
19 lunes Nov 2018
Posted in Mostacicas
Don Manuel
* Estamos en tiempos de herejías de los protestantes.
* El hombre no es dios. Dios es el Hombre-Dios: Jesucristo.
* Lo podemos todo con Aquel que nos conforta, como San Pablo.
* La democracia moderna es una innovación política monstruosa.
* Pensemos que lo que es bueno para otros puede ser malo para mí.
* El mundo no soporta que vayamos contracorriente. Tranquilos, vamos con Jesús y María.
* No estamos en tiempos de solo palabras. Obras. Combatamos los nobles combates de la fe.
18 domingo Nov 2018
Posted in Artículos - Contracorriente

El que oye Misa devotamente lo consigue todo el mismo día. Lo que no alcance durante la Misa, difícil es que lo consiga en otro momento.
(San Juan Crisóstomo)
18 domingo Nov 2018
Posted in Sintonía con la jerarquia
Fe, esperanza y caridad son un don. La fe es fácil de comprender, igual que la caridad. Pero la esperanza, ¿qué es? Sí, es esperar el Cielo, encontrar a los santos, una felicidad eterna. Pero, ¿qué es el Cielo, para ti? Vivir en esperanza es caminar, sí, hacia un premio, a la felicidad que no tenemos aquí pero la tendremos allá… es una virtud difícil de entender. Es una virtud humilde, muy humilde. Es una virtud que nunca defrauda: si esperas, jamás serás desilusionado.
Ninguno de nosotros existe por casualidad o por necesidad; cada uno de nosotros ha sido querido y elegido por Dios mismo… Si la persona humana, cada persona humana, ha sido pensada y deseada por Dios mismo, a cada uno de nosotros se le ha conferido una tarea, es depositario de una «misión» confiada, precisamente, a su libertad. El sentido de la vida no debe ser inventado, sino descubierto.
«¿Por qué insistimos en recibir la Comunión de pie y en la mano?», se pregunta el Prefecto de la Congregación para el Culto Divino. «Es una pregunta importante sobre la cual la Iglesia de hoy debe reflexionar». Sarah avisa porfiadamente de que «Jesús sufre por las almas de aquellos que lo profanan, por quienes derramó su Sangre que tan miserable y cruelmente desprecian. Pero Jesús sufre más cuando el don extraordinario de su Presencia Eucarística divina-humana no puede traer sus efectos potenciales a las almas de los creyentes. Y así podemos entender que el ataque diabólico más insidioso consiste en tratar de extinguir la fe en la Eucaristía, sembrando errores y fomentando una forma inadecuada de recibirlo».
El Diputado Carlos Gustavo Roma, un diputado oficialista por Tierra del Fuego, que ha dicho que él era masón, que en el Gobierno hay ministros, secretarios de estado, diputados, senadores, jueces y demás funcionarios masones; además, que este Gobierno proclama los principios, de la masonería y que esta institución ha crecido notablemente en los últimos años. Todos sabemos que se trata de una organización secreta, rigurosamente tal, con grados, de tal manera que los perejiles, digamos así no se enteran de lo que pasa allá arriba, de lo que se trata en los grados superiores; y que procura infiltrarse en todas partes poniendo gente expectable y entradora. Por supuesto que, desde siempre, la masonería ha tratado de penetrar en los gobiernos, de infiltrarse aquí y allá en las instituciones y en la Iglesia también. En esto no tenemos que ser tan ingenuos, de lo contrario no podrían explorase algunas situaciones. El influjo de la masonería ha sido decisivo en algunas, etapas de nuestra historia. Ha difundido el laicismo, irreligión, ha combatido la presencia de la fe en sus proyecciones sociales. El secreto ha sido para ella un arma eficaz. Cada tanto, cuando está bien afincada y le conviene, procura asomarse visiblemente, como en estos días, en que parece salir del clóset.
Cada ser humano es un pecador que Dios ama y tiene necesidad de la misericordia de Jesús. Jesús perdonó a cada ser humano desde la Cruz cuando dijo: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen». Sin importar cuán enorme sea el pecado, el Señor está dispuesto a perdonarnos si nos convertimos y creemos en la Buena Nueva (Mc 1, 15). Este perdón, como su amor, debe ser recibido. Él nos recuerda ser misericordiosos como su Padre es misericordioso y que el Padre ama tanto a los justos como a los pecadores (Mt 5, 44-48). En este tiempo de oscuridad, pongamos nuestra fe, confianza y amor en Jesús quien es nuestro salvador y redentor, quien es aquel que nos liberará y para que vivamos en su verdad y su luz.
El instrumento utilizado para llegar a este término ha sido la desregularización de las normas morales y la hipersexualización de la sociedad a través de los medios de comunicación y de la pseudoeducación sexual escolar auspiciada por los distintos lobbies procedentes del feminismo radical y de cuantos pretenden afirmar cualquier orientación sexual decidida desde la infancia por una libertad que prescinde por completo de la verdad. La sexualidad ha dejado de ser contemplada como una dimensión esencial de la persona, se niega la diferencia sexual y se reduce a un simple impulso gobernado por una libertad al margen de los significados del cuerpo y de toda identidad humana. En definitiva todo es reconducido a una libertad enloquecida sin el orden de la naturaleza de la persona y sin los bienes y valores que le son inalienables. Se llega así a la destrucción de la libertad en nombre de la libertad, o lo que es lo mismo, a la deconstrucción de la persona en nombre de una ideología más destructiva que las ideologías del siglo pasado.
Después que, entre los partidarios del modernismo, hemos examinado al filósofo, al creyente, al teólogo, resta que igualmente examinemos al historiador, al crítico, al apologista y al reformador. Algunos de entre los modernistas, que se dedican a escribir historia, se muestran en gran manera solícitos por que no se les tenga como filósofos; y aun alardean de no saber cosa alguna de filosofía. Astucia soberana, no sea que alguien piense que están llenos de prejuicios filosóficos y que no son, por consiguiente, como afirman, enteramente objetivos. Es, sin embargo, cierto que toda su historia y crítica respira pura filosofía; y sus conclusiones se derivan, mediante ajustados raciocinios, de los principios filosóficos que defienden. Lo cual fácilmente entenderá quien reflexione sobre ello.