Dios es amor y quien se deja amar por Dios, ama al prójimo. Los falsos amores a las cosas nos impiden amar a Dios y al prójimo.
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No hay verdad. Pero una cosa es evidente, para muchos: No hay nada por encima de la democracia.
Todas las cosas. La democracia también, está bajo la Ley de Dios.
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Hay ricos que son santos. Si todos los ricos fueran santos, desaparecía de la tierra el hambre, la miseria. . . Debemos evangelizar a los ricos y a las ricas.
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En estas democracias inventadas por los partidos políticos todos somos libres. Para decir lo correctamente político. Pensamiento único a la carta.
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“Hemos de acabar con la Cristiandad”. Es la consigna diabólica que rueda por los siglos.
Cristo estará con la Iglesia hasta el fin del mundo. Y nos hará eternamente felices en el Cielo.
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Hoy se habla mucho de todo y todo es “diálogo”. Si el diálogo no busca la verdad, es chismorreo, pérdida de tiempo, arar en el mar.
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El truco del ecologismo mundano está en que debemos amar todas las cosas por lo que son: la naturaleza, la tortilla española. . . todo menos al Creador de todas ellas. Del que no hablan nunca.
