Montserrat
Gracias a Dios
Al volver a España don Claudio Sánchez Albornoz y recapitular su pasado, llegó a decirles a sus amigos españoles, entre los que estaba el poeta José Antonio Muñoz Rojas, que es quien me lo refirió: “Gracias a Dios que la guerra la perdimos los republicanos”. A esa “gracia de Dios” fueron muchas y muy encontradas las fuerzas que contribuyeron y que esperaban una recompensa según su motivación en el esfuerzo de guerra, así que el Caudillo tuvo que templar muchas gaitas, y sobre todo, aún en guerra, la de la Falange y la de la Iglesia. (Aquilino Duque – Razón Española)
La fascinación
En las luchas ideológicas, si querernos reservamos alguna probabilidad de éxito, debemos evitar a todo trance el estado de fascinación, y ponernos alerta. El hombre fascinado no toma distancia frente a la situación -la realidad y las interpretaciones de la realidad- ; se empasta con ella, no funda respecto a ella el campo de libre juego en que se ilumina el sentido de las cosas, personas y acontecimientos. El que se entrega al vértigo de la fascinación pierde la libertad, se aliena, renuncia a tornar la iniciativa y se convierte en fácil presa de toda suerte de manipulaciones. (Alfonso López Quintás – Manipulación del hombre en la defensa del divorcio)
El hombre no es estático
Lo recuerda Castellano cuando refiere aquel pasaje evangélico que seña la que nisi Dominum aedificaverit domum in vanum laboraverunt qui aedificant eam. En otras palabras, como el orden impreso por Dios a esta realidad que es el hombre, no es estático, sino que requiere ser actuado libremente, el mismo hombre está llamado a realizar en sí el orden que Dios quiso para él por creación. (José Luis Widow – Verbo)
Colmar las almas
Si pudieran comprender que Yo soy para ellas el mejor Padre, que para ellas de Mi Corazón ha brotado Sangre y Agua como de una fuente desbordante de misericordia; para ellas vivo en el tabernáculo; como Rey de Misericordia deseo colmar las almas de gracias, pero no quieren aceptarlas. Por lo menos tú ven a Mí lo más a menudo posible y toma estas gracias que ellas no quieren aceptar y con esto consolarás Mi Corazón. (Santa María Faustina Kowalska – Diario – La Divina Misericordia en mi alma)
La monarquía
Tampoco es rigurosamente exacto que las formas políticas sean indiferentes a la Religión, aunque ésta las acepte todas. El sano filósofo las estudia y analiza, y sin condenar alguna, no deja de manifestar preferencia por las que más a salvo dejan el principio de autoridad, que está basado principalmente en la unidad. Con lo cual dicho se está que la forma más perfecta de todas es la monarquía, que es la que más se asemeja al gobierno de Dios y de la Iglesia. (Sardá y Salvany – El liberalismo es pecado)
Conciencia libre
La piedra angular de la Reforma protestante es la exaltación de la conciencia libre que tiene derecho al libre examen religioso: es la propia razón de cada individuo -iluminada por la fe- el juez de la verdad religiosa; pronto lo será de toda verdad. Las conciencias libres plurales deben coexistir pues ninguna es garantía de verdad o la tiene en exclusividad: he aquí la tolerancia y libertad religiosas, luego la libertad y tolerancia en todo, pues todo queda sometido al examen, la constitución y la crítica de la conciencia o la razón personales. (Juan Fernando Segovia – Verbo)
El tirano
Así todas las sociedades y clases no tendrán más garantías de sus derechos que la que se digne trazar la voluntad generosa del tirano, que deja atrás todos los conocidos, puesto que se declara impersonal, y hace de los tiranizados parte de su soberanía para que no puedan protestar contra ella y se quejen de sí mismos. (Juan Vázquez de Mella – El Verbo de la Tradición)