



12 jueves Jul 2018
Posted in Oraciones




12 jueves Jul 2018
Posted in Mojones
Montserrat
Si los lazos internos se rompen, si la unidad de creencias desaparece y la unidad moral se quebranta, no bastan todos los lazos externos para mantener la cohesión: entonces llega la época de los grandes centralismos que buscan la unidad externa, la uniformidad en todo. Y es que los hombres no pueden estar unidos más que por los cuerpos o por las almas; y cuando está roto el lazo de las almas, hay que apretar más, para que no se separen del todo, el lazo de los cuerpos. (Juan Vázquez de Mella – El Verbo de la Tradición)
Es complicidad a veces ocultar la convicción propia buena, dando lugar a que se sospeche que se tiene mala. No se olvide que hay mil ocasiones en que es obligación del cristiano dar público testimonio de la verdad, aun sin ser formalmente requerido. (Sardá y Salvany – El liberalismo es pecado)
Para que se comprenda bien el alcance del principio de la verdad social, hay que precisar tres puntos: No se trata puramente de verdades individuales, sino de verdades comunitariamente compartidas. No se adquieren luego de un largo esfuerzo de búsqueda individual sino por con naturalidad, pues al ser sociales dichas verdades permanecen en el tiempo y se plasman en ambientes, costumbres e instituciones. (Julio Alvear Téllez – Verbo)
Suele considerarse como actitud democrática la del que respeta la libertad de los demás. Este respeto puede venir inspirado por un sentimiento de indiferencia ante la verdad. Cuando esto sucede, la actitud de respeto tiene sólo el valor pragmático de no-obstrucción. Se permite al otro, por ejemplo, exponer su opinión, pero no se la valora, no se sopesan sus razonamientos, no se entra en diálogo verdadero con ella. Se la deja existir, pero no se le da juego, lo cual provoca una verdadera asfixia lúdica. (Alfonso López Quintás – Manipulación del hombre en la defensa del divorcio)
De hecho, los grandes medios empiezan a ser la mejor brújula para conocer lo que es radicalmente falso, lo que quieren que creamos que es cierto, para que jamás comprendamos lo que de verdad ocurre. Mercenarios al servicio de la oligarquía, la gran prensa que controla la opinión es corresponsable de la degradación total, política, económica y moral de nuestra sociedad. (Blas Piñar Pinedo – Razón Española)
La conciencia tendría está autonomía, al menos, en el sentido de que “el individuo tiene el derecho a hacer todo lo que el ordenamiento jurídico positivo no establece que es ilícito”. En resumidas cuentas, la conciencia entendida como facultad equivale a hacer de ella la fuente del bien y del mal. La conciencia, de este modo, deviene ley, lo que equivale a afirmar que “la ley es extraña a la conciencia, incluso enemiga”. (José Luis Widow – Verbo)
Un momento después vi nuevamente a ese mismo Niño que me había despertado, y que era de una belleza espléndida, y me repitió estas palabras: La verdadera grandeza del alma está en amar a Dios y en la humildad. (Santa María Faustina Kowalska – Diario – La Divina Misericordia en mi alma)
12 jueves Jul 2018
Posted in P. Manuel Martínez Cano
Padre Manuel Martínez Cano mCR.
Sigamos con el tema de la conciencia, ha despertado cierto interés:
Conciencia cierta es la que juzga de la bondad o malicia de un acto con firmeza y sin miedo a equivocarse.
Sólo la conciencia cierta es norma legítima del bien obrar, porque el que duda si lo que va a hacer es bueno o malo acepta la posibilidad de ofender a Dios y, por lo mismo, peca realizando con duda esa acción.
Para juzgar de la bondad o malicia de un acto no es necesario tener certeza absoluta, que excluya toda duda, basta la certeza moral.
Conciencia dudosa es la que vacila sobre la licitud o ilicitud de un acto sin determinarse a emitir un juicio.
Propiamente hablando, no es verdadera conciencia, puesto que se abstiene de emitir un juicio, que es el acto esencial de la conciencia.
Los principios fundamentales que regulan la conciencia dudosa son los siguientes: No es lícito obrar con duda, pues se aceptaría la posibilidad de ofender a Dios y cometer un pecado mortal o venial.
¿Qué debe hacer el que se encuentra en duda de la licitud de un acto? Una de dos: elegir la parte más segura, que es la favorable a la Ley, (si dudo si hoy obliga la Misa y no puedo salir de la duda, voy a Misa); o llegar a una certeza práctica sobre la moralidad de la acción que va a realiz.ar por el estudio diligente del asunto; consultando a las personas competentes, etc.
Conciencia perpleja es la que cree pecar tanto si realiza como si omite un determinado acto.
Quien tiene este tipo de conciencia debe consultar a quien esté bien formado para ir saliendo de ella, pues siempre se ha de obrar con conciencia verdadera y cierta: cuando no es posible consultar antes de hacer un acto concreto, debe escoger lo que le parezca menos malo, y si ambas cosas le parecen igualmente malas, no peca al elegir cualquiera de ellas.
Conciencia escrupulosa es la que con insuficientes e insignificantes motivos cree que hay pecado donde no lo hay, o que es pecado mortal lo que sólo es pecado venial.
La mayoría de las veces, los escrúpulos obedecen a causas puramente naturales, de tipo físico o moral. Pero algunas veces proceden de una disposición del mismo Dios (valiéndose de causas naturales o preternaturales) para ejercitar al alma en la paciencia, humildad, y obediencia, o para efectos purificadores de sus pasadas faltas, o en vistas a un mayor grado de santidad, como ocurrió a San Ignacio de Loyola, San Francisco de Sales o Santa Teresita del Niño Jesús.
El escrupuloso debe actuar contra sus escrúpulos enérgicamente porque si no le invadirán vanos temores. El escrupuloso debe obedecer al director espiritual, sin consultar a otros confesores ni consejeros, y renunciar a sus propios criterios aunque le parezca ver claro lo contrario de lo que el director espiritual le manda. Ya sonará la hora de Dios cuando Él lo estime conveniente y el alma escrupulosa saldrá de su dolorosa prueba vigorizada y purificada.