Eudaldo Forment
- Dios quiere la salvación universal.
- Cristo murió, por ello, para todos los hombres.
- Dios ofrece siempre a todos las gracias precisas, conseguidas por Cristo, para salvarse.
- Nos proporciona para conseguirlas el poder y la eficacia de los sacramentos.
- Los que se pierdan no será porque no hayan podido salvarse, sino porque no han querido.
- Dios quiere que los hombres no pongan impedimento a sus gracias.
- Dios respeta siempre con sus gracias la libertad del hombre.
- No hay predestinación al mal.
- Los que se salvan lo hacen por don de Dios y los que se pierden es por merecimiento.
- El hombre, por consiguiente, debe desconfiar de sí mismo y confiar en Dios, que por su parte le proporcionará lo necesario para salvarse.